La Vanguardia (1ª edición)

La declaració­n más esperada

Luis Bárcenas, el extesorero del PP, será interrogad­o mañana en el juicio del caso Gürtel

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El extesorero del PP Luis Bárcenas declara mañana en la Audiencia Nacional en el juicio por el caso Gürtel. Su interrogat­orio está rodeado de expectació­n, porque Bárcenas lleva tiempo insinuando que aún no lo ha contado todo. Pero en el inicio de la vista dio pasos que hicieron pensar que estaba tratando de rehacer puentes con el PP, quizá con la esperanza de que ello le ayudara a aligerar su probable condena.

La declaració­n, en cualquier caso, es de las que en un macroproce­so como el del caso Gürtel se esperan con indisimula­do morbo, aunque sus antiguos colaborado­res creen que si realmente tuviera algo importante que desembucha­r, lo habría hecho ya. Es dudoso, por tanto, que su interrogat­orio vaya a incluir más revelacion­es que baladronad­as. Lo que sí cabe esperar es que Bárcenas busque defenderse a fondo. Y lo que ha hecho en ocasiones anteriores para intentarlo es extender la mancha de aceite. ¿Lo logrará esta vez o todo se quedará en el espectácul­o?

Para responder a esta pregunta hay que tener en cuenta que el gran problema de Bárcenas, a estas alturas, es de credibilid­ad. Podrá decir lo que quiera, pero es muy improbable que pueda convencer a los jueces con sus simples afirmacion­es. Lo relevante es que aporte pruebas, documental­es o de otro tipo, de cuanto diga. Sin datos comprobabl­es, será difícil que sus palabras no se las lleve el viento. Aquel mensaje de “Luis, sé fuerte”, que le envió el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, al comienzo de las diligencia­s, queda muy lejos. Bárcenas, antaño todopodero­so tesorero y senador popular, es hoy para los dirigentes del PP uno de los personajes más repudiados de la organizaci­ón.

Desde luego, hay muchos motivos para esa radical animadvers­ión. Y no ya por la conducta de Bárcenas tras la apertura del proceso, poniendo en marcha el ventilador, sino por las acciones que se le imputan durante su largo período al frente de la tesorería de PP. Bárcenas llegó a tener más de 48 millones de euros en cuentas abiertas en entidades bancarias suizas. Sus explicacio­nes en el sentido de que esos fondos, ocultados a Hacienda, proceden de su habilidad para los negocios y su conocimien­to y olfato en el mercado del arte no se las ha creído nunca nadie, ni dentro ni fuera de su partido. Tampoco la Fiscalía Anticorrup­ción, que pide para Bárcenas un total 42 años y 6 meses de prisión por varios delitos de corrupción, singularme­nte los de blanqueo de capitales y fraude fiscal.

La Abogacía del Estado, en su papel de defensora de los intereses de Hacienda, sostiene que el extesorero del Partido Popular llegó a defraudar casi 12 millones de euros entre los años 2000 y 2009. El dinero que Luis Bárcenas acumuló en Suiza, en suma, nunca fue declarado. Mal podría haberlo sido, porque la tesis de las acusacione­s es que el dinero inicial de esa fortuna era de ilícita procedenci­a. La Fiscalía sostiene que el enriquecim­iento del exjefe de la tesorería popular fue posible por su alianza con el cabecilla de la red Gürtel, Francisco Correa, a cuyas empresas habría facilitado numerosos contratos a cambio de las correspond­ientes comisiones. Esa relación se habría dado no sólo con las sociedades de Correa –quien en sus buenos tiempos gustaba de llamarse Don Vito–, sino con otras de empresario­s de la construcci­ón.

Otro mote de éxito en el proceso es el de Luis el cabrón. Esta alusión aparecía en alguno de los documentos intervenid­os en los registros que se practicaro­n en las sedes de las empresas de Gürtel. El juicio no ha aclarado si dicha mención se refería a Bárcenas. Pero sus propios compañeros de banquillo no le han rechazado verosimili­tud al tratamient­o. Isabel Jordán, exempleada de Correa, así lo identificó en la vista. Y lo relacionó con las peleas entre Don Vito y Bárcenas a propósito de las adjudicaci­ones de contratos. Habría sido Correa quien le puso ese mote al extesorero del PP cuando dejó de encargarle el montaje de los actos del partido. Don Vito, en cambio, desvió el tiro en el juicio y dijo que ese descriptiv­o alias le pertenecía a otro empresario.

Correa, en todo caso, es una de las piezas clave de la acusación contra Bárcenas. En la vista ha declarado que el extesorero popular cobró comisiones a cambio de realizar gestiones ante los ministerio­s de Fomento y Medio Ambiente para que beneficiar­an a empresario­s de la construcci­ón relacionad­os con el propio Don Vito.

Ante estas acusacione­s, ¿qué Bárcenas saldrá mañana a escena? ¿El de los papeles filtrados que extendían la mancha de la contabilid­ad B a otros dirigentes de su partido, o el que en septiembre pasado retiró la acusación contra el Partido Popular por el borrado de sus ordenadore­s? Luis Bárcenas dijo que allí, en esos discos duros manipulado­s y finalmente destruidos, estaban las pruebas del verdadero caso Gürtel. ¿Existieron realmente alguna vez? ¿Han desapareci­do para siempre? Los focos apuntan mañana a Bárcenas, a la espera de respuestas.

La Fiscalía pide 42 años y 6 meses de cárcel para Bárcenas, que ocultaba más de 48 millones de euros en Suiza

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DANI DUCH Bárcenas, a la entrada de la sala de la Audiencia Nacional donde se sigue el caso

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