La banca sin memoria
Recientemente la banca española ha recibido una nueva mala noticia para sus cuentas. Tras una sentencia del Tribunal Supremo, diferentes tribunales han condenado a las entidades a devolver lo pagado por los clientes en notarios, registros e impuesto de actos jurídicos documentados. No existen todavía estimaciones fidedignas, pero se oyen ya cifras de 1.500 millones de euros. Si añadimos a este tema la sentencia del pasado mes de diciembre del 2016, donde la justicia europea decidió que los bancos tendrían que devolver todo el dinero de las cláusulas suelo en los casos en los que se aplicaron de forma abusiva, sumamos otros 4.000 millones de euros a restar de los beneficios de la banca.
Con todo esto, parece que las entidades bancarias no dan su brazo a torcer fácilmente y muchos de los clientes que quieran volver a ver su dinero tendrán que embarcarse en una demanda judicial contra su banco. A priori, viendo las cifras parece comprensible la actitud de nuestros bancos. Pero, si hacemos memoria, recordaremos que el pasado mes de septiembre el Banco de España reconocía que se habían perdido para siempre 26.000 millones de euros de los que prestó el Estado para salvar a la banca. Ahora las cifras anteriores me parecen relativamente modestas.
A mi entender, la banca en su conjunto debería adelantarse a las sentencias judiciales y arbitrar una solución ágil para sus clientes. Una solución desde el sector y no por imperativo legal. Para las familias hipotecadas a largo plazo, que contribuyeron con sus impuestos al rescate de sus bancos, sería de agradecer que ahora estos mismos tomaran medidas para facilitarles la vida.
DAVID ORDÓÑEZ FRANCO
Barcelona