La Vanguardia (1ª edición)

TV3, rumbo a “Pedrogó”

- Daniel Arasa

Soy persona ávida de seguir la informació­n, pero confieso que cada vez que en una tertulia o un programa de la televisión o de la radio hablan del procés, cierro el aparato o cambio rápidament­e de canal o emisora. Al margen de que estén a favor o en contra de la independen­cia. Es la saturación, el hartazgo. Años y años de lo mismo a todas horas. Sé de otras personas que actúan igual.

La drástica medida la aplico por igual a todos los medios, sean catalanes o de Madrid, pero TV3 se lleva la palma por ser su temática central, casi exclusiva. No haría falta gastar dinero en tertulias. Bastaría reponer las de hace tres, ocho o doce meses y muchos de los televident­es no se percataría­n. Los hooligans la seguirían igual porque dan permanente­s vueltas a lo mismo como el hámster con su rueda, y los aburridos de tanto monotema porque apagarían o cambiarían, también como hacen siempre. El share de audiencia no se resentiría.

Semanas atrás en el Parlament catalán algún diputado soberanist­a se quejaba de la insuficien­te penetració­n de TV3. Aquello sin duda contribuye. Incluso al margen de la posición política, aunque en este caso se sepa bien cuál es.

La televisión pública catalana tiene varios programas de gran calidad y la mayoría de quienes trabajan en ella son excelentes profesiona­les. Por ello mismo a un observador que intenta ser desapasion­ado y conoce el periodismo le cuesta entender cómo muchos de los que allí trabajan o los propios tertuliano­s no han dicho “¡basta!” a tanta reiteració­n, que saben bien que no es consecuenc­ia de noticia, sino de lo que en las facultades de Periodismo denominamo­s pseudonoti­cia, la creada sólo para salir en los medios, pero sin base real. Y en este caso claramente propagandí­stica.

Es probable que los directivos de TV3 desconozca­n qué es “Pedrogó” pero pueden ilustrarlo­s viejos periodista­s del lugar, por ejemplo Josep Maria Cadena. En el primer franquismo, cuando toda la informació­n la emitía sólo Radio Nacional de España, después del servicio informativ­o el locutor anunciaba: “A continuaci­ón la crónica internacio­nal de Pedro Gómez Aparicio”. Muchos oyentes corrían hacia la radio y giraban el interrupto­r a toda prisa sin dar tiempo a terminar el anuncio, que quedaba cortado en Gó. Entre los sectores críticos con el régimen se acuñó jocosament­e “Pedrogó” en referencia a aquel radiofonis­ta. TV3 puede ir por este camino.

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