Vuelve Carvalho
La sección de Cultura de este diario nos regalaba el pasado jueves con un scoop literario-sentimental: “Vuelve Carvalho. El famoso detective privado creado por Manuel Vázquez Montalbán cobrará nueva vida continuado por el barcelonés Carlos Zanón”. Xavi Ayén hacía público el acuerdo logrado entre la editorial Planeta, los herederos de Vázquez Montalbán y Carlos Zanón (no confundir con Carlos Ruiz Zafón) “para que este escritor continúe la serie”. Aquella misma mañana, en una radio local, una tertuliana, no recuerdo el nombre –hay tantas y tantos–, se dolía de que alguien que no fuese Vázquez Montalbán, su Manolo, pudiese resucitar a Pepe Carvalho. Para la tertuliana, se trataba –no sé si llegó a emplear la palabra– de una traición. Razón por la cual no me resisto a calificar al scoop de literario-sentimental: para una mayoría de los lectores de Manolo, de los adictos a su Carvalho, el scoop de La Vanguardia es más sentimental que otra cosa. Para ellos, Pepe Carvalho era Manolo, su Manolo, y nadie puede ni podrá restituirlo.
Visto desde el punto de vista editorial, es decir, de Planeta, la cosa es muy distinta. Allí, de sentimentalismos, res de res. Se trata, pura y simplemente, de relanzar una serie, exitosa, los Carvalho de Manolo –la editorial tiene previsto reeditar en edición de bolsillo la mitad de la serie en un par de años–, y si la cosa funciona, es decir, si el nuevo Carvalho de Carlos Zanón funciona, pues tanto mejor. En los tiempos que corren, la resurrección del querido y añorado detective podría haberse realizado televisivamente. Es decir, convirtiendo la serie literaria en una serie televisiva, con guionista, director e intérpretes de lujo, como se ha hecho con otros detectives. Pero esto no estaba al alcance –o en la cabeza– de la editorial, y esta ha optado, por el momento, por la resurrección literaria.
Así las cosas, surgen varias preguntas, preguntas que nuestra tertuliana del jueves, impresionada por el scoop literario-sentimental de este diario, no logró o se negó a hacerse. La primera es muy sencilla: ¿puede Carlos Zanón restituirnos a Pepe Carvalho? Depende de lo que ustedes entiendan por restituir, por devolvernos al detective gallego. Cabe una fórmula, viejísima, la que los franceses llaman à la manière de…, es decir, imitar el estilo, la manera de hacer de un escritor. Sergi Pàmies lo haría muy bien –Sergi Pàmies lo hace todo muy bien–. Pero Carlos Zanón no tiene el envidiable virtuosismo de Pàmies y, además, ya ha dejado dicho (La Vanguardia, 13 de enero): “No imitaré a Vázquez Montalbán, serán novelas (aunque por el momento sólo se habla de una) mías”. Así pues, que de eso de à la manière de…, res de res.
¿Puede Zanón devolvernos a Carvalho, hasta tal punto que leyéndole reconozcamos al detective de Manolo escrito por uno de sus fans? Podría ser, no digo que no. Incluso diría más. Podría ser que leyéndole uno se reencontrase con Manolo. No sé porqué, se me ocurre pensar que Manolo no está muerto, que está tan sólo imposibilitado, que no puede escribir, y que los de Planeta le dicen que hay un chico, Zanón, que podría continuar sus Carvalho. Y Manolo, que conoció a Zanón –a raíz de la publicación de El sabor de tu boca borracha, el primer libro de poesías de Zanón, en 1989–, dice que sí. No sólo dice que sí, sino que apadrina la idea. Manolo, el viejo Manolo –este año cumpliría los 78–, adoctrina al joven Zanón –este año cumplirá 54–, y le dice que sí, que Carvalho ya no tiene que tener por compañera a una puta, que, como bien le dice Zanón, en la Barcelona del 2018 –que es cuando saldrá el nuevo Carvalho–, eso ya no se lleva. Pero Manolo le dice que la puta, Charo, la puta del Raval, siempre será para Carvalho un ser entrañable, como hoy podría serlo una mo- za cupera o una señora de las Conferencias de San Vicente de Paúl, o vaya usted a saber de qué.
Dice Zanón que la novela, la de Carvalho, la próxima de Carvalho, será suya, y en ella el detective se enfrentará “a un caso de la Barcelona del 2018”. Las palabras de Zanón me recuerdan lo que Manolo escribió en El País ,ensu Tribuna, el 5 de febrero de 1984. Escribía Manolo: “Dostoyevski leyó una noticia de prensa sobre el asesinato cometido por un estudiante y a costa de este hecho real escribió Crimen y castigo. Con el tiempo, el escritor y su modelo llegaron a cartearse, pero finalmente el autor perdió interés por el delincuente real: sin duda, era menos interesante que Raskólnikov”. Lo interesante, a mi modo de ver, sería que en su próxima novela Zanón perdiese interés por el delincuente real y se interesase más por Raskólnikov. Dicho de otro modo, lo interesante sería que Zanón acabase confundiendo a Carvalho con Raskólnikov. Eso sí que sería un gran scoop literario, a secas, sin nada de sentimentalismo. Como si en vez de Zanón, Planeta hubiese encargado la resurrección de Carvalho a Enrique Vila-Matas y este lo hubiese resucitado convirtiéndolo kafkianamente en un enorme escarabajo.
P.S. If you feel FC Barcelona, you feel Catalunya. “La Generalitat pidió disculpas ayer por la campaña que impulsó en la que vincula al FC Barcelona y Catalunya para atraer al turismo” (El País, 13 de enero). Políticamente hablando resulta incorrecto, pero… el Museo del Barça sigue siendo el más visitado de Barcelona, y Messi, encara que no parla en català, sigue siendo tan famoso o más que Gaudí.
Manolo, el viejo Manolo –este año cumpliría los 78–, adoctrina al joven Zanón –este año cumplirá 54–, y le dice que sí