Dinámica ambivalencia
Aunque parece que hayan encendido algún interruptor para que aumente la luz, la propuesta lírica de I see you sigue gravitando de una forma evidente sobre terrenos recurrentes de tintes sombríos, léase la introspección, los males del corazón o el lamento. La aún breve evolución de The xx es significativa. Cuando aparecieron en la escena musical en el 2009, el trío londinense dejó bastante boquiabierta a la afición, por su fascinante manera de tejer sonoramente su manera de expresar sensaciones tan comunes como la ansiedad o la fragilidad humana; fascinante porque eran canciones confesionales ofrecidas de modo tan tentador como desgarrador.
Ahora, el grupo vuelve a confeccionar obra rabiosamente personal. Ya sea por influencia geográfica exógena –la banda reconoce haberse inspirado en las soleadas y desoladas paisajísticas de California e Islandia, en donde grabaron el álbum– o por una cuestión de oficio y madurez profesional, el combo ha elaborado importante artefacto. Jamie Smith, por ejemplo, expone y aplica algunos nuevos recursos ya vislumbrados en su estupenda y vibrante obra en solitario In colour, mientras Oliver Sim y Romy Madley Croft no esquivan temáticas de calado personal. Y todo ello envuelto con un dinámico y ligeramente novedoso manto donde se dan la mano pop, r&b, jazz e incluso gospel, pero siempre hilvanado de tal modo que le lleva al oyente a poder disfrutar con glorioso deleite de cada uno de esos mimbres uno por uno.