Festival para la calma
En un día de rotaciones el equipo brilla y se divierte liderado por Suárez y Messi
En medio de los autogoles que se han venido metiendo desde el Barça toda la semana, qué mejor terapia que una tarde plácida en el Camp Nou. Ante el lío por la renovación de Messi, qué mejor noticia para los barcelonistas que un encuentro bueno de su equipo, de los más satisfactorios y redondos en esta campaña irregular. Para contrarrestar todos los dimes y diretes, un partido calmado repleto de ocasiones, goles y motivos para aplaudir. Un Barcelona entonado sumó tres puntos para colocarse a dos del Madrid, claro que con el líder con dos partidos por disputar. Curioso que el conjunto de Luis Enrique se mostrara tan fresco y clarividente el día que no jugaba Neymar y con nombres menos habituales. Aunque los principales ejecutores fueron los de siempre, Luis Suárez, autor de dos goles, y Messi, que sumó otro y repartió juego, también hubo espacio para jalear, por ejemplo, a Aleix Vidal. El lateral se animó con un partido más que decente y un golito inesperado.
Luis Enrique decretó día de rotaciones ya desde que por la mañana confeccionó la lista. Con Piqué y Sergi Roberto en la grada, el asturiano fue más allá y sentó a Iniesta y Neymar, además de seguir sin contar para el once con Rakitic. En lugar de estos pesos pesados entraron Vidal, que no actuaba en la Liga desde septiembre, André Gomes o Arda Turan, haciendo las veces de extremo. Hasta cinco cambios con respecto al partido de Copa ante el Athletic y frente a un rival que sabe tocar el balón.
Sin embargo, antes de que nadie pudiera torcer el morro, el Barcelona entró en el partido con muy buena disposición y con un cambio de orientación en su juego. Si últimamente el equipo volcaba el juego hacia la izquierda, ayer al principio lo hizo a la derecha, donde Vidal se movió con mucho brío, donde Messi apareció más por el costado y donde Gomes cayó en ocasiones como extremo accidental. Por ahí vino el primer tanto del partido. No se llevaba ni un cuarto de hora, cosa extraña esta campaña, cuando el equipo barcelonista ya mandaba. Lo hacía gracias a un pase profundo de Vidal a Gomes, que centró hacia el corazón del área. Allá enganchó el balón Luis Suárez para prolongar su idilio con el gol con un remate de primeras impecable. Mejor, imposible para empezar.
Al abrigo de esta ventaja el Barça comenzó a jugar con mucha fluidez. El Las Palmas, aseado, iba a lo suyo, siempre con un ritmo acompasado y cartesiano, aunque a veces con poca sangre. El conjunto de Luis Enrique mordía más, y fruto de distintas recuperaciones lanzaba ataques fenomenales que debieron ampliar el marcador. De hecho, al descanso el encuentro tenía que haber estado ya totalmente sentenciado. Porque en el tiempo que fue desde el 1-0 hasta el entreacto el conjunto barcelonista generó hasta seis oportunidades.
Suárez completó un partido magnífico con dos goles y Messi anotó otro para su cuenta A André Gomes sólo le faltó ver puerta, Arda Turan sigue sumando y Aleix Vidal estuvo fenomenal
Pero Rafinha remató en vez de centrar cuando tenía a Suárez y Arda solos, André Gomes falló un par de de goles casi cantados y Messi se topó dos veces con Javi Varas, que le desvió una falta y le sacó un uno contra uno cuando ya se cantaba el segundo. El portero, rememorando sus tiempos en el Sevilla, mantenía a su equipo en el encuentro.
Por poco tiempo, ya que en la reanudación al Barça le entró todo lo que había fallado antes. La goleada llegó de pronto, encadenada. Messi aprovechó un mal rechace de Varas para marcar el segundo a placer, Suárez dibujó un golazo haciendo de la posición de ariete un ejercicio de ballet a la hora de controlar y disparar y Arda rentabilizó otro rechace a tiro del uruguayo para seguir sumando en su particular cuenta. Esa que le ha situado como tercer realizador del conjunto a la chita callando.
Quedaba aún media hora, pero el Las Palmas, un conjunto agradecido, se había desmembrado, y el Barça se había regalado por fin una función tranquila. Una obra de tarde que se cerró con el gol de Vidal… a centro de Alcácer. Para que todos se marcharan contentos, la portería de Ter Stegen quedó a cero, algo que no había sucedido aún en este 2017.