Felicitando
Ya hemos vivido la primera semana de verdad del 2017. Acabadas las fiestas hay que ponerse “manos a la obra” como decían nuestros abuelos, porque en sus tiempos la mayoría de los trabajos requerían hacer muchas cosas con las manos. Ahora probablemente hacemos muchas más tecleando el ordenador así que “manos al ordenador” a tope.
Con unos días más tranquilos se podían leer los periódicos mejor y hasta ver telediarios. Han ido saliendo los ministros y yo les diría, confidencialmente, que cada día me caen mejor. Tenemos unas cuantas ministras que se expresan muy bien y que proponen cosas con sentido. Y hay muchos ministros y ministras muy bien preparados y con una experiencia muy razonable. Además estoy convencido de que todos ellos podrían conseguir una remuneración mejor si se pasasen a trabajar en una empresa. Y hoy en día ya no se pueden hacer trampas cobrando comisiones en paraísos fiscales. Todos sabemos que cualquier tontería se acabaría sabiendo porque la confidencialidad ya no existe. Todas las trampas hechas por políticos y funcionarios están en la prensa y en el juzgado y a falta de otras cosas van a ser las noticias seguidas con más detalle. Por tanto hemos de pensar que la mayoría de los ministros están trabajando honestamente haciéndonos un cierto servicio social y esto es de agradecer.
Llegados aquí algún lector pensará ¿qué le habrán arreglado a este? Nada en particular. Está claro que si alguno mete la pata es más noticia que si actúa correctamente. Si mañana se descubriese alguna chapuza de un ministro yo sería noticia como pelota desinformado y encubridor. Pero no me importa correr esos riesgos y decir lo que pienso porque cuando iba al cole y me ponían en el cuadro de honor eso me entusiasmaba y me animaba a conseguirlo en el siguiente curso. Y alguien ha de decir algo positivo de esta gente que muchas veces han de trabajar el fin de semana inaugurando algo a 100 kilómetros de su casa. Yo en todos mis trabajos prefiero poner gente en el cuadro de honor que despedirlos y quienes trabajan conmigo saben que no es nada fácil despedir a alguien de nuestro equipo. Mi obsesión es darle otra oportunidad.
Pero queda mucho por hacer y este año puede ser bastante decisivo para convertir en oportunidad todos los desafíos que nos rodean desde tantas perspectivas diferentes: el Brexit, Trump, China, Rusia, el coche autoconducido, le digitalización de casi todo, la biotecnología, la ambición del teléfono móvil de gestionar nuestra vida, una vida que se alarga más de lo que esperábamos (sobre todo cuando hicimos el plan de pensiones). Por cierto, ya hace años, y me disculpo por ello, que vengo repitiendo que nuestro promedio de vida crece extraordinariamente y que no existe debajo de las alfombras de ningún gobierno una reserva de dinero para pagar las pensiones y la sanidad durante un montón de años si acabamos viviendo más de cien. Y este es un problema que es difícil de resolver para uno mismo. Así que quizás deberíamos crear el Ministerio del Envejecimiento en Forma (Minef) y poner a la mejor de nuestras ministras al frente. El Minef podría estudiar las ventajas de jubilar más tarde (ya sé que esto cae mal). Empezar a incentivar mucho más los planes de pensiones privados. Por cierto, no crean que los robots nos van a quitar puestos de trabajo. Sustituirán a alguna persona pero, en conjunto, añadirán puestos de trabajo. Hace años que hay robots o semirobots en las cadenas de producción y los que no pusieron salieron perdiendo o desaparecieron. En cualquier caso, abordemos el 2017 con optimismo, valores y creatividad, transformando las oportunidades en acción. Y a ver si en lugar de convertir en noticia cualquier duda, olvido o error de un ministro (son seres humanos), decimos algo positivo de ellos.
Hay muchos ministros y ministras muy bien preparados y con una experiencia muy razonable