Nubes sobre Washington
LA revista The Economist dedica su portada a una imagen corregida de Donald Trump en la que aparece con la cabellera rizada y la camisa con chorreras de George Washington, y una chapa en el pecho con la frase “¡Seré tremendo!”. Ciertamente, pocas veces un discurso de toma de posesión de un presidente de Estados Unidos había despertado tanta expectación a pesar del escaso glamur del acto, del que han desertado las celebridades, hasta el punto de tener que recurrir a una adolescente de un concurso televisivo para cantar el himno nacional (en el 2013, con Obama, fue Beyoncé quien lo hizo). Pero Trump es ese personaje “tremendo”, que tiene desconcertado al mundo. The Economist lo expresa así: “Es extraordinario lo poco que los votantes norteamericanos y el mundo en general creen saber acerca de lo que representa Trump. Aquellos que lo respaldan están esperando la mayor sacudida en Washington DC en medio siglo, aunque su optimismo es un acto de fe. Los que se oponen a él están convencidos de que habrá caos y ruina en tal escala que cambiará una época, aunque su desesperación es mera conjetura. En lo que casi todos parecen estar de acuerdo es en que Trump promete ser un tipo completamente nuevo de presidente estadounidense. La pregunta es: ¿ de qué clase?
El 45.º presidente del país más poderoso del planeta no dio demasiadas pistas en su discurso. Fue un mitin más, en el que Trump demostró liderazgo e inteligencia emocional, oportunismo e imprevisibilidad, aislacionismo y proteccionismo. No cumple ninguno de los requisitos de sus predecesores. Por ejemplo, no ha ocupado nunca un cargo político. Llega a la Casa Blanca un empresario atípico que da la espalda al establishment y que se dirige a la gente. Puede que su error sea creer que los países son como los negocios, pero está convencido de ello. De George Washington sólo tiene la peluca del fotomontaje de The Economist.