Los pederastas y la vulnerabilidad de la víctima
Desinhibir a la víctima. Es lo que todo agresor sexual busca para evitar resistencia. Funciona con los adultos (violadores que buscan a mujeres afectadas por la ingesta de sustancias o que se preocupan de que las tomen) y también con los menores. Los pederastas no dudan, sin importales la edad de la víctima, recurrir a drogas o alcohol si con ello se aseguran una mayor vulnerabilidad de la víctima. “Los casos más frecuentes del uso de sustancias se dan con agresores que aún no han cumplido la mayoría de edad y víctimas que están en la etapa inicial de la adolescencia”, afirma Irene Montiel, profesora de Criminología de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y una de las coordinadoras de la jornada celebrada ayer en Barcelona para debatir sobre técnicas para prevenir la pedofilia y desplegar políticas para la reinserción de esos delincuentes sexuales. Y otro dato revelado en esta jornada: el 40% de abusos a niños menores de seis años son perpetrados por otros menores, que rondan los 14 años.