Una avalancha en un estadio causa al menos 17 muertos en Angola
La tragedia de Heysel se revivió el viernes en Angola. Una avalancha en un estadio de fútbol en la ciudad de Uíge (500.000 habitantes), en un partido de la primera jornada del campeonato de Primera, causó al menos 17 muertos y 61 heridos –5 muy graves–, según la policía angoleña. Las primeras investigaciones atribuyen la estampida al intento de centenares de aficionados de entrar por la fuerza por uno de los accesos del estadio que ya estaba lleno, con capacidad para 12.000 personas.
El drama se desencadenó en el minuto 7 del partido entre el Santa Rita de Cássia y el Recreativo do Libolo, en el estadio municipal 4 de Enero. Según la agencia de noticias angoleña Angop, numerosos aficionados comenzaron a empujar contra los accesos al no poder entrar al estadio para el inicio del encuentro. La gente quedó atrapada en la aglomeración, pisoteada y asfixiada. “Cuando quisimos entrar, nos encontramos con una barrera; la primera fila de gente cayó”, narraba João Silva, un aficionado que sufrió una fractura en una pierna.
Pese a la tragedia, el partido, que suponía el estreno de la liga angoleña y el debut del Santa Rita en la máxima categoría, continuó y se disputó por completo, para concluir con victoria visitante por 0-1. La no interrupción se podría explicar, según el entrenador local, Sergio Traguil, al hecho de que “nadie en el interior del estadio se dio cuenta de lo que ocurrió fuera”, explicaba en el rotativo portugués Diario de Noticias.
Los estamentos gubernamentales y deportivos de Angola buscaban ayer explicaciones a la tragedia. El ministerio de Deportes ha pedido a la Federación de Fútbol angoleña, presidida por Artur de Almeida e Silva desde diciembre, que investigue las causas de esta avalancha dramática y que “tome las medidas necesarias”.
El presidente del club local, el Santa Rita, Pedro Nzolonzi, atribuía gran parte de culpa de la tragedia a la policía, por no haber evitado la aglomeración de público. “Es una falta grave haber dejado a los aficionados acercarse tanto al estadio. Muchos no querían pagar y los que no tenían entrada no han conseguido entrar. Y así comenzó la confusión. Toda la culpa es de la policía. Era fácil evitarlo. Simplemente tenía que ampliar el cordón de seguridad”, comentó Pedro Nzolonzi a la agencia portuguesa Lusa.
El fútbol amplía su lista negra de muertes masivas en los estadios: 19 fallecidos en Abiyán en el 2009; 127 en Accra en el 2001; 320 en Lima en un Perú-Argentina en 1964; los 96 de Hillsborough en 1989; los 56 en el incendio de Bradford en 1985; o los 39 de Heysel, aquel mismo año.
“Es una falta grave haber dejado acercarse a los aficionados sin entrada; era fácil evitarlo”