Nuevo crimen machista
Un guardia civil se ha suicidado en Seseña (Toledo) después de asesinar a su pareja.
Los investigadores tienen pocas dudas sobre lo acontecido en una vivienda en la urbanización El Quiñón de Seseña (Toledo), donde fueron encontrados los cadáveres de una pareja joven: el hombre, un guardia civil, disparó a su pareja y posteriormente se suicidó, según fuentes de la investigación. Hace apenas dos semanas, en esta misma urbanización, icono de la crisis inmobiliaria, construida por el polémico constructor El Pocero, otra mujer fue asesinada por su pareja.
Los cuerpos de la pareja fueron encontrados la tarde del pasado sábado, aunque se cree que llevaban muertos desde al menos 48 horas antes de que fueran hallados.
Fuentes de la investigación informaron de que el presunto asesino era un agente de la Guardia Civil que trabajaba en Madrid, en concreto, en la Unidad Central Operativa, la UCO. Los dos jóvenes eran vecinos de la Comunidad de Madrid (ella de Coslada) y se habían trasladado a Seseña hace unos meses, a un bloque recién construido.
Sus cuerpos sin vida fueron hallados a las 18.43 horas en el interior de una vivienda situada en la calle Ignacio Zuloaga, según fuentes del servicio 112 de Castilla-La Mancha. Fue un familiar quien dio el aviso a la policía cuando llegó a la vivienda, de cuyos ocupantes no había tenido noticias en unos días.
Al parecer, la escasez de vecinos en el bloque por su reciente construcción es una de las causas de que sus cuerpos no se hayan hallado antes y nadie hubiera oído voces.
De confirmarse este caso como un nuevo asesinato de violencia de género, la cifra de víctimas mortales en lo que va de año ascendería a ocho, una más que el año pasado en el mismo periodo.
El alcalde de Seseña, Carlos Velázquez, mostró su perplejidad y consternación por el hecho de que sea el segundo caso de violencia de género que se produce en quince días, después de que el pasado 28 de enero otra mujer apareciera muerta en su vivienda de El Quiñón a manos de su pareja, que ya está en prisión. “Estamos viviendo un mal sueño”, afirmó Velázquez.