Lucha de titanes
El espanglish tiene fecha de nacimiento: 28 de octubre de 1948. Claro que antes ya existía, pero lo que pasó ese día fue que Salvador Tió lo describió en uno de sus artículos del Diario de Puerto Rico. Tió, que fue poeta, periodista y promotor de la cultura de la isla antillana, es recordado hoy por haber acuñado el término.
Su artículo “Teoría del espanglish” arranca con toda una declaración de intenciones: “No creo ni en el latín ni en el bilingüismo. El latín es una lengua muerta. El bilingüismo, dos lenguas muertas”. Tió, un articulista que buscaba en el humor la crítica más refinada, se reía de sus compatriotas por la mezcla que hacían del español y del inglés. Puerto Rico es, en cuanto a lenguas, un “teatro de operaciones”, si usamos el anglicismo bélico. La que fue colonia española es hoy un estado libre asociado de Estados Unidos, por lo que el español de los últimos siglos convive ahora con el inglés omnipresente.
En Puerto Rico libran su batalla dos titanes: el español y el inglés, “dos lenguas imperialistas”, en palabras de Tió. Por ello, el articulista considera el espanglish la solución: “Esta lengua que surge del choque de dos culturas es la única solución al problema de las Américas”. Es la salida irónica que defiende el periodista ante el destrozo que hacen sus compatriotas del inglés: “Si el español fue capaz de engullirse el latín, ¡imagínense lo que somos capaces de hacer con el inglés! Yo no me opongo al bilingüismo por patriotismo, sino por caridad. No debemos cargar con la responsabilidad histórica de acabar con un gran idioma”.
En 1971, alarmado por su propio invento, que “podría convertirse en otro Frankenstein”, Tió presentó otro para contraatacar: “Teoría del inglañol”, pues consideraba que en Puerto Rico “con dos lenguas hemos acabado hablando una media lengua”.
En 1986, casi cuarenta años después de alumbrar el término espanglish, y orillando la ironía, Tió analizó el estado de la cuestión: “A nosotros, la absorbente tendencia imperial americana de principios de siglo pretendió desprender forzosamente la cultura de la lengua. Se pensó, por la ignorancia del advenedizo y la arrogancia del poder, que podrían suplantarnos la lengua. El intento se hizo, y se frustró”.
Ahora es el presidente Donald Trump quien pretende ningunear a los hispanohablantes de todos los estados de Estados Unidos, pero, por mucho que lo intente, no creo que pueda acabar con el español. Quizá hace unos decenios los hispanos hablaban su lengua con timidez, pero hoy la muestran con orgullo.
En 1948, el periodista puertorriqueño Salvador Tió habló por primera vez del espanglish