Custo lleva la noche al día
La firma catalana busca un efecto deslumbrante, con diversidad de color y materiales
Nada que ver, pero uno detrás de otro. Primero Victoria Beckham (acompañada por toda su familia para acabar con los rumores de crisis), triunfando como nunca con el brillante giro ilustrado que le ha sugerido su fascinación por Paul Nash), y luego Custo Barcelona, con su obsesión por la luz que ha bautizado Light Years. Y ambos bajo la lluvia y la niebla que envolvieron de nuevo la semana de la moda de Nueva York.
El veterano aquí es Custo Dalmau. Ya van 21 años en la pasarelas neoyorquina (¡42 desfiles!) y 36 en la industria de la moda. Y sin abandonar el color que internacionalizó para siempre la marca catalana (sobre todo a raíz de la aparición de Julia Roberts con una camiseta suya en Novia a la fuga), Custo Barcelona enfatiza la tendencia maximalista que viste en las últimas temporadas. Pero ahora acentuada con un radical destello luminoso. Los brillos llegan en todos los materiales y en todos los colores para instalarse en el día a día de las siluetas femeninas, acoger volúmenes inesperados y acompañar los tejidos más tecnológicos llevados a la categoría de la rareza con procesos artesanales.
Y aun siendo de corte muy clásico, también los looks masculinos encajan este efecto deslumbrante con que Custo quiere llevar el atrevimiento de la noche al día para normalizarlo a base de lamés, flecos de lana pero laminados con una película de papel de aluminio, pelo sintético, organza con bordados artesanales y charol elástico... Materiales sorprendentes que construyen un camino definitivamente futurista para una marca que a pesar de todo permanece reconocible. Porque es fiel a sus inicios surferos.
Anticiparse es la especialidad de esta casa que siempre ha sido fiel a la pasarela de Nueva York pero que, en estos tiempos de cambios y agitación en la industria de la moda, se plantea el exilio a Los Ángeles que Tom Ford y Tommy Hilfiger, por poner dos ejemplos, ya han materializado. Y que también secundará Lacoste, aunque en este caso es una vuelta a sus orígenes: el sábado anunció que la próxima temporada pone rumbo a la pasarela de París.
Este Custo maduro y reforzado por el interés internacional que siempre sugiere, busca volver a poner en valor la moda y erradicar con urgencia la “impersonalidad y desgana que tiñen los estilismos urbanos en muchas ciudades”. Lo hace aportando esa luz y evolucionando generosamente el estilo athleisure (suma de atlético y para el ocio) y que define un modo de vestir de aires deportivos. Las minis son muy minis y ya no hay largos excesivos, los tacones son altísimos y las transparencias y los opacos se superponen jugando con el encaje. Es la teoría del “mucho más” pero llevable.
También Victoria Beckham sigue fiel a su estilo, en su caso sobrio y de líneas puras, con el que ha entrado en los armarios de todas las celebridades, y también ha dado un paso decidido adelante. Con ese giro ilustrado que sus visitas a la Tate Britain le han aportado, en concreto la reciente inmersión en los tonos de Paul Nash. Ella misma lo contó en el backstage. Inspirada en su cuadro The Rye Marshes ha salpicado de azules y marrones sus vestidos de seda, mientras que la oscuridad de las pinturas de Nash referentes a la Primera Guerra Mundial le ha influenciado en sus elegantes propuestas en tonos navy y negros. Los guantes de suave piel, preferentemente negros y calados hasta el codo, son el complemento perfecto para la mujer de Victoria Beckham.
Pero para ella el desfile de ayer fue algo más que eso. Resultó un bálsamo en este inicio de año que está siendo más revuelto de lo esperado, sobre todo porque su gran refugio, la marca de moda que creó en 2008 y que vende en más de 60 países, ha vivido momentos duros. Pero Beckham es una gran diseñadora y sus desfiles son un acontecimiento esperadísimo en la semana de la moda de Nueva York. Ayer Victoria (que dice que no va de celebridad y que se implica en todo el proceso) confirmó su capacidad para dar a las mujeres prácticas pero dispuestas a no pasar desapercibidas (como ella) la moda que mejor encaja con este espíritu.
Victoria Beckham, fiel a su estilo sobrio y de líneas puras, propone una colección inspirada en Paul Nash