Desigualdad enquistada
El estudio “Somos equipo”, presentado por el Club de las Malas Madres, demuestra lo lejos que está la sociedad española de alcanzar la corresponsabilidad de mujeres y hombres en los diferentes cuidados de la familia y el hogar.
El estudio se llama “Somos equipo” y lo que demuestra es que el equipo sigue brillando por su ausencia al hablar de la corresponsabilidad de las mujeres y los hombres en los diferentes cuidados de la familia y el hogar. Pasan los años, este retrato de la desigualdad se mueve poco y por ello el Club de las Malas Madres presentó ayer un amplio estudio (24.000 personas encuestadas on line) para reflejar la realidad de hoy y desmontar algunos mitos.
“La maternidad es el verdadero techo de cristal de la mujer”, señala Laura Baena, fundadora de este movimiento, una “comunidad emocional” que se inició en clave de humor y rigor para vindicar los cambios sociales necesarios para poder ejercer de madre sin renunciar la proyección profesional. Una reivindicación que bajo el lema “Yo no renuncio” parece sencilla en su planteamiento pero que topa con muchos problemas enquistados. Los hombres no han entrado a trabajar en casa, el cuidado de los hijos y del hogar se sigue viendo como algo “femenino” y la realidad es que la conciliación debe plantearse de una vez por todas, señala Baena, como un problema social y de todos, un “derecho fundamental” para construir el futuro de una sociedad.
El estudio indica que el 58% de ellas renuncia (rebaja su dedicación o se apea) a la carrera profesional, frente al 6% de las parejas. Y subraya también que ni la igualdad económica tiene un reflejo en casa: cuando las parejas aportan la misma cantidad económica, la mujer sigue siendo en el 45,2% de los casos la primera responsable de las tareas familiares y domésticas, frente a un 9% de los hombres. Sobre un 48,3% de ellas recae el grueso de las tareas domésticas (un 10,5% de los hombres), y también se dedican más a las labores invisibles y organizativas (un 54% frente a un 17%).
Pero no se trata sólo de exponer datos. Las Malasmadres tienen miles de seguidoras, mujeres principalmente entre la treintena y los cuarenta que han visto como la igualdad se ha volatilizado al tener hijos. El estudio indica que el hombre conviviendo en pareja y sin hijos asume mayores responsabilidades y lo que se proponen es cambiar el panorama.
El mito de que las mujeres cuando son madres se alejan voluntariamente del mercado laboral “no es real”, señala el estudio. Son otras las razones que las empujan. Barreras internas vinculadas a roles tradicionales de género aún muy presentes y a factores de negociación y conflictos con la pareja. Pesan asimismo las barreras externas de unas políticas estatales (por ejemplo los desiguales permisos de paternidad intransferible) y empresariales (un sistema laboral rígido y presencialista). Por ello, el estudio apela a la responsabilidad de los hombres, a las políticas del Gobierno y a las empresas. Y a las mismas mujeres para que digan basta.