La Vanguardia (1ª edición)

Barça: terapia motivacion­al para aprovechar el fiasco merengue

El técnico se encerró a solas con sus jugadores tras dos días de descanso

- JOAN JOSEP PALLÀS CARLES RUIPÉREZ Barcelona

Después de dos días y medio de fiesta, aprovechad­os por los jugadores del Barça para tomar aire y desconecta­r alejando así el mal sabor de boca de los últimos partidos, los integrante­s del primer equipo volvieron ayer al trabajo. Hubo dos charlas antes del inicio de la sesión, nada que ver la una con la otra. La primera, informal, acerca de lo experiment­ado estos días (Iniesta y Luis Suárez fueron con sus familias a Andorra, Messi estuvo en Egipto, Neymar viajó a Londres...), la segunda, mucho más seria, liderada por Luis Enrique, que se encerró con sus futbolista­s a solas dejando fuera a los auxiliares. Fue media hora, un hecho poco habitual que subraya la importanci­a del momento.

Reservada una plaza en la final de Copa, al Barça le toca reengancha­rse más que nunca a la Liga después de la derrota del Madrid e ilusionar al personal barcelonis­ta de cara a la improbable remontada contra el PSG. Pero, por encima de todo, el objetivo del entrenador asturiano es devolverle al equipo el nervio y el juego que le llevaron a ganarlo casi todo en sus dos primeras temporadas. Le urge hacerlo. Por eso quiere mentalizar a los suyos ante lo que viene. El domingo, en un duelo que puede marcar la temporada, el Barça visita el Calderón.

Con la arenga, Luis Enrique dio un paso al frente para encabezar la reacción del equipo y conminar a los jugadores a que no bajen los brazos antes de hora ya que la Liga es muy larga. Sin ir más lejos, la temporada pasada, antes de esta jornada, el Barcelona tenía 7 puntos de ventaja sobre el Madrid y los blaugrana se vieron obligados sin remedio a ganar los cinco últimos encuentros para ser campeones.

Después de la victoria al Leganés “casi de milagro”, como la definió el entrenador, Lucho prometió que la imagen del conjunto sería diferente en el Calderón después de una semana limpia para trabajar. “Ya lo veréis”, dijo a la prensa. Y el técnico se puso manos a la obra desde ayer. Porque todo lo que no sea dar la talla el domingo significar­á un nuevo jarro de agua fría para el entorno.

Entre los tres aspirantes al título, separados por tres puntos en la tabla, crece la sensación de que esta jornada va a marcar el devenir del campeonato ya que tanto Madrid como Barça y Sevilla juegan a domicilio y en campos teóricamen­te complicado­s. Los blancos visitan al Villarreal, los blaugrana regresan al Vicente Calderón, donde ya ganaron en la Copa, mientras que los sevillista­s de Sampaoli, que si ganan ya igualarán los 52 puntos de las 38 jornadas de la 15-16, tienen derbi contra el Betis en el Villamarín.

El Barcelona se ha vuelto a ilusionar por una Liga en la que nunca ha llevado la voz cantante. Los de Luis

El asturiano busca una reacción similar, en juego y ánimo, a las que valieron el triplete y el doblete

Después de perseguir al Madrid desde septiembre, los blaugrana pueden tocar el liderato virtualmen­te

Enrique están persiguien­do al líder desde septiembre cuando el Alavés asaltó el Camp Nou y, después de estar alejados a 6 puntos, el domingo tienen el aliciente de poder verse líderes, momentánea­mente y con un partido menos, eso sí.

De hecho, si se repitiesen los resultados de la Liga pasada en esos mismos estadios (los castellone­nses se impusieron 1-0 al cuadro aún dirigido por Benítez, Messi dio el triunfo en el Manzanares saliendo como suplente y el duelo sevillano acabó como empezó), el Barcelona acabaría la 24ª jornada en lo más alto de la clasificac­ión, aunque al Madrid aún le quede por recuperar el encuentro aplazado por el temporal de Balaídos. Sin olvidar que aún falta un duelo directo entre los dos grandes en el Bernabeu.

Para el Barcelona, el Calderón representa una prueba de campeonato. Dice la historia reciente que cuando el Barça se lleva los tres puntos de allí, el equipo canta el alirón. En los últimos seis años, la ecuación no se cumplió sólo en la Liga 11-12, la última de Guardiola en el banquillo, en la que el cuarto trofeo seguido se escapó. Además, si los blaugrana se reencuentr­an en un partido grande cuentan con el añadido de que después le esperan dos seguidos en casa frente al Sporting y al Celta para abrir brecha.

Sólo hay dos estadios que tengan que recibir a todos los que están en la pomada, incluyendo al Atlético. Uno es el Bernabeu y el otro, La Rosaleda de Málaga, que puede convertirs­e en uno de los jueces para decidir el campeón de la Liga.

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FCBARCELON­A.CAT Luis Enrique hablando ayer con Joaquín Valdés, psicólogo del grupo. El técnico reunió a los jugadores ante el crucial partido del domingo en el Vicente Calderón

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