Rabat suspende a 200 imanes por su cercanía con partidos islamistas
Más de 200 imanes marroquíes han sido suspendidos por su pertenencia o cercanía a grupos islamistas, entre ellos el gubernamental Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), según informó ayer el diario Al Sabah.
Después de investigaciones “confidenciales”, el Ministerio de Asuntos Islámicos, que gestiona todas las mezquitas del país, confirmó que esos imanes son miembros o simpatizantes del PJD y de otros grupos islamistas y que “utilizan las mezquitas al servicio de sus intereses electorales o de partidos políticos”, añadió Al Sabah.
El rey Mohamed VI prohibió en el 2014, mediante un decreto real, que los funcionarios religiosos musulmanes desarrollaran actividades políticas en su país e incluso proclamar sus ideas políticas o su preferencia sindical.
Los imanes ahora represaliados pertenecen, además de al PJD, al Movimiento Monoteísmo y Reforma (MMR), que se dedica a la predicación islámica y obras de caridad, y a otras organizaciones que el rotativo no precisa. El jefe del Ejecutivo, Abdelilah Benkiran, participó en la fundación del MMR.
En Marruecos hay 55.000 mezquitas, en las que ejercen 150.000 imanes, todos ellos funcionarios dependientes del ministerio.
Aunque este tipo de medidas son habituales, esta vez se producen en medio de denuncias de los islamistas de que el Estado ha lanzado una campaña para disminuir el peso del islam político en las administraciones públicas.
El monarca marroquí no sólo reina sino que gobierna, un privilegio al que ha dicho en numerosas ocasiones que no está dispuesto a renunciar. Entre sus prerrogativas se encuentra la de decidir, sin consultar con el jefe del Ejecutivo, los nombres de los responsables de Asuntos Islámicos, Defensa y al secretario general del Gobierno, con rango de ministro. Por eso no es de extrañar que la purga haya afectado al partido del propio Benkiran, jefe del Ejecutivo y encargado de formar nuevo gobierno desde que ganó las elecciones legislativas celebradas el 7 de octubre pasado. El pasado jueves, el movimiento islamista Justicia y Caridad, ilegal pero tolerado en Marruecos, denunció que 105 de sus miembros habían sido represaliados en una campaña de “purga” contra ese movimiento en distintos organismos estatales. El fundador de Justicia y Caridad, el fallecido Abdesalam Yasin, optó por la no participación en la política de partidos de Marruecos, una opción que ahora defiende una corriente en el seno del movimiento.
Con los salafistas como objetivo, las autoridades marroquíes lanzaron a mediados de enero una batalla discreta, pero sin cuartel, en todo el país contra la producción y la venta del velo integral femenino.