La paradoja de Trump
Lo único que desataría otra ola migratoria es el colapso de la economía mexicana, que pudiera ser provocada, paradójicamente, por las políticas proteccionistas de Donald Trump. Tras dos décadas del Tratado de Libre Comercio, la economía mexicana es altamente dependiente del mercado del norte, así que un impuesto sobre las exportaciones mexicanas resultaría devastador, al menos al inicio. “Si el crecimiento de México es minado de manera repentina por las políticas comerciales de Trump, entonces quizá se vea un incremento súbito de inmigrantes, porque México crecerá menos”, advirtió Kenneth Roth, de la oenegé Human Rights Watch. Asimismo, el colapso del peso mexicano –recientemente corregido en alguna medida– ha provocado subidas de precios que merman el poder adquisitivo de los más vulnerables. Es más, si Trump cumple con su amenaza de financiar la construcción de un muro fronterizo mediante un impuesto sobre las remesas que los inmigrantes mexicanos en EE.UU. envían a sus familias y amigos en México, creará más incentivos para que estos también intenten cruzar la frontera. Los mexicanos en EE.UU. mandaron la cifra astronómica de 27.000 millones de dólares a México en el 2015, según el BBVA, y sin esos ingresos, muchas familias pobres no podrían sostenerse. Aunque como explican los economistas del BBVA, cualquier impuesto sobre las remesas tendría que aplicarse a todo el mundo; si no, los inmigrantes mexicanos en EE.UU. enviarían a terceros países. En Cuernavaca, además, una de las pocas fuentes de empleo con salarios que no sean de miseria –unos 20 dólares al día es mucho en México– es la planta de Nissan. Pero un impuesto sobre exportaciones de coches a EE.UU. pondría en entredicho la viabilidad de México como plataforma de ensamblaje.