El Papa exhorta a “comprender” las parejas de hecho
Francisco pide a los párrocos que sean “hermanos”, no burócratas, y escuchen
Pese al malestar que levanta en los sectores inmovilistas, Francisco prosigue en su línea de reforzar la concepción de la Iglesia católica como una madre que siempre acoge, comprende y acompaña, y no como un juez severo que, desde lo alto, impone normas y castiga su incumplimiento. Ayer el Papa hizo un alegato a favor de una actitud flexible y compasiva hacia las parejas de hecho.
Jorge Mario Bergoglio no desaprovecha las ocasiones para insistir en que la misericordia, entendida con generosidad, siempre debe anteponerse a la rigidez doctrinal entendida desde la pura ortodoxia. Lo dijo esta vez en la Sala Clementina, en el Vaticano, ante los párrocos participantes en un curso de formación sobre los criterios para aplicar la exhortación apostólica Amoris laetitia, sobre la familia, y los decretos posteriores derivados de ella.
El Pontífice dio por sentado que son los párrocos quienes, en la práctica, deciden cómo aplicar las nuevas directrices, teniendo en cuenta el entorno en el que viven y su contacto cotidiano con las familias. Según Francisco, los sacerdotes deben esforzarse siempre en actuar “como hermanos que se colocan en una posición de escucha y de comprensión”, y no tanto “como expertos de actos burocráticos o de normas jurídicas”.
“Nadie mejor que vosotros conoce y está en contacto con la realidad del tejido social en el territorio, experimentando la compleja variedad”, dijo Bergoglio, quien enumeró, con toda naturalidad, las diversas situaciones que se dan –“uniones celebradas en Cristo, uniones de hecho, uniones civiles, uniones fracasadas, familias y jóvenes felices e infelices”–. “De cada persona y de cada situación vosotros estáis llamados a ser compañeros de viaje para testimoniar y sostener”, añadió.
Francisco dedicó un pasaje de su discurso a las parejas de hecho. “Sed cercanos, con el estilo propio del Evangelio, en el encuentro y la acogida de aquellos jóvenes que prefieren convivir sin casarse”, aconsejó a los párrocos. Para el Papa, esos jóvenes reacios al matrimonio están, “en el plano espiritual y moral, entre los pobres y pequeños, hacia los cuales la Iglesia, según el modelo de su maestro y señor, quiere ser madre que no abandona, que se aproxima y cuida. “También esas personas son amadas por el corazón de Cristo –subrayó–. Tened hacia ellas una mirada de ternura y compasión”.
Para los sectores más tradicionalistas, incluidos cuatro cardenales que escribieron una dura carta al Papa para exigirle clarificaciones, Amoris laetitia supone, de facto, relativizar la indisolubilidad del matrimonio, ya que permite, en determinadas condiciones, readmitir al sacramento de la comunión a los divorciados que han vuelto a casarse. Las palabras de Francisco, ayer, sobre las parejas de hecho están llamadas a generar más controversia, si bien en el mismo discurso el Papa hizo mucho hincapié en que los jóvenes deben prepararse a conciencia para el matrimonio, sin tomárselo a la ligera, y que los párrocos deben asegurarse de que las parejas entienden el compromiso y el significado del sacramento.
Bergoglio siempre insiste en una Iglesia que ayude y acompañe en vez de ser un juez que ordena y castiga