Fiscales que afinan y desafinan
El exfiscal jefe de Murcia estalla: “No puede ser que los perseguidos seamos los fiscales que luchamos contra la corrupción por delante de los corruptos”. El aldabonazo del fiscal Manuel López Bernal, tras ser destituido esta semana, es antológico. Recordemos que en el trasfondo está la imputación del presidente popular de Murcia, Pedro Antonio Sánchez, por el llamado caso Auditorio, la construcción de un fabuloso teatro en Puerto Lumbreras, donde el ahora presidente era entonces alcalde. No les voy a dar más detalles, es un clásico del manual español de corrupción urbanística: irregularidades a porrillo y suficientes indicios para deducir que se dio trato de favor a la constructora, que cobró sin acabar el encargo. Pero como esta vez la pieza que abatir es un presidente autonómico clave para el PP, el nerviosismo ha llevado a movimientos groseramente nítidos para evitar su caída. Desde el ministro de Justicia Catalá pillado por las cámaras en el congreso del PP buscando al presidente murciano para hablar, pasando por el propio Sánchez evidenciando que tenía información privilegiada sobre su caso, llegando al relevo del fiscal jefe de la región. Por resumirlo muy brevemente. Sánchez declarará como imputado pero, a pesar de haberse comprometido por escrito y de viva voz a dimitir si le imputaban, dice ahora que el vino que vende Asunción no es blanco ni tinto ni tiene color. Ciudadanos, que apoya su gobierno, opina que desde Santurce a Bilbao vengo por toda la orilla.
Pero volvamos al fiscal López Bernal. Ha denunciado presiones e intimidaciones, como la larga lista de denuncias, todas archivadas, que se han presentado contra él y su familia. También ha mencionado hechos conocidos, como que se haya entrado a robar dos veces en casa de otro fiscal, sin que se hayan llevado nada de valor más que ordenadores y papeles. Ante el ministro del ramo, Rafael Catalá, que le ha escuchado con cara de póquer y le ha recomendado que lo denuncie, López Bernal asegura ya lo ha hecho, sin ningún resultado.
Antes de proseguir, una breve consideración por si se nos ha olvidado: la Fiscalía es la encargada de ejercer la acusación en nuestro nombre. Es decir, representar el interés general, el patrimonio de todos y defender el bien común de todos los ciudadanos.
El anterior ministro del Interior, Fernández Díaz, ya nos dejó bastante claro que hay fiscales que se encargan de “afinar” los casos. No sé si López Bernal es de los que afinan, desafinan o le han roto el violín en la cabeza. Pero está claro que la de los fiscales es una institución contaminada y manoseada, una más, por los intereses partidistas y particulares. Ha quedado claro en el caso de Murcia. Quizá también en el fiscal del caso Nóos, Pedro Horrach, que en tres días pasó de pensar que Iñaki Urdangarin debía ir a la cárcel, como la ha pedido con el resto de condenados con penas similares, a decidir que la libertad condicional con fianza ya iba bien. O en el caso de la nueva querella de la Fiscalía contra todos los miembros de la Mesa del Parlament de Catalunya por desobediencia al Tribunal Constitucional, excepto uno porque se deduce de su trayectoria política que no está a favor de la independencia. Es decir, la Fiscalía acusa según las opiniones políticas y no según los hechos. Do mayor. Con muchos bemoles.
La Fiscalía es la encargada de representar el interés general, el patrimonio de todos y defender el bien común de los ciudadanos