La odisea del espacio
De los pisos cápsula a las ‘tiny houses’: cómo vivir en menos metros cuadrados
La historia de la arquitectura es la de la búsqueda de soluciones para optimizar el espacio. En ese sentido, los sesenta y setenta fueron años especialmente prolíficos. Kisho Kurokawa construyó la Nakagin Capsule Tower en 1972 en Tokio. Era un edificio de 14 plantas sostenible y reciclable, con módulos conectados a un núcleo central que podían ser sustituidos o intercambiados. El edificio aún existe pero en estado ruinoso, porque pese a que las cápsulas fueron construidas para ser reemplazadas, su mantenimiento ha sido inexistente. Tal vez se adelantó demasiado a su tiempo...
El italiano Joe Colombo también hizo viviendas donde los muebles se convertían en elementos estructura- les y viceversa, y “unidades funcionales”, como la Total Furnisching Unit, con cocina, armario, baño y cama, en sólo 28 m2. En la actualidad existen proyectos parecidos, como el apartamento hongkonés de Gary Chang, de 32 m2,
Por su parte, el estudio madrileño PKMN (hoy dividido en Eeestudio y Enorme Estudio) ha desarrollado el All I Own House, que, gracias a la combinación de la carpintería con sencillas guías industriales, organiza toda una casa de 40 m2 en tres contenedores de madera suspendidos, móviles y transformables. Este espacio puede ser totalmente reorganizado en unos segundos.
La OCS House es un apartamento diseñado en Milán por WOK Studio que tiene 28 m2 y está delimitado por dos muebles tabique de contrachapado de madera que esconden las camas, el mobiliario, el espacio de almacenamiento, las puertas correderas del baño y la cocina y los conductos del aire acondicionado en la parte superior. De noche, todo el espacio se transforma en dormitorio.
La arquitecta Anna Puigjaner va aún más allá y plantea eliminar el espacio dedicado a la cocina a cambio de un espacio colectivo. Su proyecto, Kitchenless, ha recibido el Wheelwright Prize de la Universidad de Harvard.
Paralelamente a la necesidad de sacar metros de donde no los hay, por pura necesidad de más espacio, está en auge el movimiento de las tiny houses (casas diminutas), comunidades de microviviendas que defienden vivir con lo mínimo imprescindible y de la manera más sostenible. Reivindican al arquitecto Ken Isaacs, que en los setenta creó microcasas que se podían autoconstruir con tubos de acero galvanizado y paneles de madera. Esta idea también ha cautivado a Renzo Piano y sus microcasas de madera de 6 m2 en las que ha logrado colocar cocina, ducha, cama y un armario. Tiene un sistema de recolección de agua de lluvia y paneles solares para su abastecimiento eléctrico. Seis metros cuadrados con un precio final de 20.000 euros.
Pero, hasta ahora, a ningún arquitecto se le había ocurrido robotizar un piso.