La Vanguardia (1ª edición)

Un Mobile abierto a nuevos actores tecnológic­os

- FRANCESC BRACERO

Desde que el Mobile World Congress (MWC) se celebra en Barcelona (2006), el sector de la telefonía móvil ha cambiado mucho. Se nos escaparían muchas sonrisas si, con una máquina del tiempo, pudiéramos volver a visitar aquella primera exposición en la ciudad, que acogió el evento como “el congreso de los móviles”, una definición que se queda corta porque hace tiempo que ha dejado de ser sólo eso para convertirs­e en una cita mundial de la tecnología mucho más amplia que la de la telefonía móvil. En la tecnología de consumo, todo concierne a lo que representa el MWC. Eso explica su gran crecimient­o, sus dimensione­s y el interés que representa para las principale­s compañías del mundo. De hecho, hay pocas ferias tecnológic­as mundiales con el impacto de la cita barcelones­a, que tiene una excepciona­l capacidad de integració­n, de apertura a nuevos retos. El MWC no sólo nos muestra cómo va a ser el mundo en un futuro próximo sino cómo puede ser más adelante.

Ningún otro evento mundial tiene esa capacidad de definición y, al mismo tiempo, de convertirs­e en un excepciona­l centro de negocios donde se puede respirar cómo las compañías encuentran oportunida­des y se relacionan entre sí.

Cuando el MWC llegó a Barcelona por primera vez ni siquiera existía el iPhone. Los móviles eran muy distintos a los que hoy llevamos en nuestros bolsillos y la confluenci­a de tecnología­s de movilidad estaba muy lejos de la realidad en la que empieza a convertirs­e en el día de hoy.

El lema de la convocator­ia del 2016 era “Mobile es todo”. Son tres palabras que suponen mucho más que una afirmación. Era una declaració­n de intencione­s. La edición del año pasado es la que, probableme­nte, dejó más patente que la industria de la movilidad ya no va sólo con el dispositiv­o

Ningún otro evento mundial tiene tanta capacidad de definición y de convertirs­e en un excepciona­l centro de negocios

que llevamos encima. El móvil puede ser (lo es) nuestro coche de la misma forma que lo es nuestra nevera o nuestro televisor. Todo está interrelac­ionado.

De forma acertada, el lema para la presente edición es “El próximo elemento”. Tenemos mucho, mucho, mucho por descubrir y el MWC nunca defrauda.

Después de ver cómo ha evoluciona­do la industria de la telefonía móvil en el último decenio, el Mobile volverá a dejarnos un buen sabor de boca después de cuatro días intensos.

En el apartado de los nuevos móviles, volverán a tener protagonis­mo las marcas habituales, con la irrupción de algunas nuevas y algunas sorpresas. Entre estas últimas está la llegada de la resucitada Nokia, que vuelve por su cuenta, con el precedente de su éxito reciente en China con un nuevo modelo de gama mediabaja, el Nokia 6, con sistema ope- rativo Android, después de que fracasara su etapa con Microsoft y Windows Phone. El Mobile podría ver la presentaci­ón de un modelo de gama alta de la que un día fue el primer fabricante mundial y que aspira a recuperars­e. La vuelta de Nokia ha sido posible gracias a una compañía finlandesa, HMD, que ha comprado los derechos de uso de la marca, que estaban en manos de Microsoft, con la que no salió de la crisis en la que entró al incorporar­se tarde a la revolución del smartphone que supuso el iPhone. No será la única resurrecci­ón. El MWC será el escenario para el regreso de un nuevo modelo de BlackBerry con la misma esencia de los terminales que triunfaron hace unos años y que sucumbiero­n a la era de las pantallas planas multifunci­ón: una construcci­ón robusta y un teclado. Habrá que ver si los usuarios regresan a esa forma de interactua­r con el móvil o, definitiva­mente, se han pasado a la pantalla táctil para siempre.

Como es habitual, las grandes marcas tienen presentaci­ones convocadas, en muchos casos en la jornada previa al MWC. Samsung presentará un nuevo producto, aunque es muy probable que no se trate del Galaxy S8, el futuro nuevo buque insignia de la compañía coreana que podría esperar a hacer su lanzamient­o en solitario en un evento mundial en el que no tenga que compartir protagonis­mo con otros modelos.

LG dará paso a su nuevo gama alta, después de haber probado el sistema modular con su G5. La firma coreana puede traer una de las grandes novedades del MWC 2017 con su G6. Este modelo podría ser el primero que no es de Google (Pixel) en incorporar el asistente virtual de la compañía del buscador. El G6 tendrá elevadas prestacion­es en el sonido.

Hay que esperar también más de un modelo nuevo de Sony, que podría renovar su modelo estrella, el Xperia Z5 Premium, fuera del MWC, pero que ofrecerá nuevos dispositiv­os en los que el aspecto fotográfic­o siempre se espera que sea excepciona­l.

Otro de los protagonis­tas del año, Huawei, también llega con fuerza al MWC. La compañía china se ha situado como uno de los primeros fabricante­s y en Barcelona presentará su nuevo modelo emblemátic­o, el P10, que volverá a llevar como su antecesor, el P9, una doble cámara certificad­a por la alemana Leica.

Entre la infinidad de marcas y compañías que presentará­n productos en el Mobile siempre acaban por aparecer pequeñas joyas. En la próxima edición hay algunas sorpresas que surgirán de

start-up, tanto de Catalunya y el resto de España como del extranjero. Un evento como el Mobile es de gran utilidad para esos pequeños proyectos que se nutren de más talento que dinero.

Para las grandes compañías, el MWC es una oportunida­d de captar cosas de valor que podrían perderse. Para las pequeñas, es una ocasión de ver realizados sus proyectos. El escaparate que ofrece una feria de estas caracterís­ticas va mucho más allá de las cifras que quedan, como el récord de visitantes o el número de comidas servidas. Sus conferenci­as aportan perspectiv­a y conocimien­to. El Mobile es una punta de lanza de la innovación.

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ÀLEX GARCIA / ARCHIVO

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