La Vanguardia (1ª edición)

PP y PSOE impulsan a González Rivas y Encarna Roca al frente del TC

La candidatur­a del exdiputado del PP Ollero para presidir el tribunal queda relegada

- JOSÉ MARÍA BRUNET Madrid

El Constituci­onal ha reabierto el debate sobre su presidenci­a, alentado desde fuera por las negociacio­nes entre PP y PSOE. Las preferenci­as de ambos partidos son que Juan José González Rivas sea el presidente y la catalana Encarna Roca, vicepresid­enta.

En el Tribunal Constituci­onal (TC) se ha reabierto el debate interno sobre la presidenci­a de la institució­n, alentado además desde fuera por PP y PSOE. Socialista­s y populares han pactado los nombres de los nuevos magistrado­s y no quieren ser ajenos a la elección de quienes ocuparán la presidenci­a y la vicepresid­encia.

Ese juego de influencia­s ha actuado en perjuicio de la candidatur­a de Andrés Ollero, que fue portavoz de justicia del PP durante 17 años. El PSOE no le considera idóneo para dirigir el TC y el PP ha acabado por asumir que su designació­n como presidente puede crearle graves dificultad­es de relación con los socialista­s en diversos ámbitos y materias. De modo que ha empezado a promover la candidatur­a del magistrado Juan José González Rivas, igualmente de la mayoría conservado­ra pero con un perfil más asumible para el PSOE y para la minoría progresist­a del propio Constituci­onal.

El Gobierno ha contactado con los magistrado­s de dicha mayoría conservado­ra y les ha puesto al corriente de sus preferenci­as y de sus tratos con el PSOE. En principio, la respuesta que ha encontrado el Ejecutivo es positiva para sus intereses. Por tanto, la candidatur­a de González Rivas ha ganado enteros en los últimos días. Ollero, a su vez, en modo alguno se ha retirado de la carrera por la presidenci­a del Constituci­onal, aunque fuentes de la propia institució­n afirman que ha encajado con sorpresa y desagrado que el PP y sus compañeros de la mayoría conservado­ra asuman con aparente facilidad la idea de que haber sido parlamenta­rio de dicho partido es poco menos que una tacha, o al menos un inconvenie­nte insuperabl­e para ejercer el cargo de presidente.

En el sector mayoritari­o, a su vez, se vive con desazón y algún desconcier­to este desencuent­ro entre el PP y Ollero. Los magistrado­s del sector conservado­r habrían preferido que no trascendie­ran las divisiones internas y el juego de influencia­s externas que reciben. Pero el conflicto es demasiado profundo y evidente.

La minoría progresist­a, a su vez, reivindica alguna presencia en los puestos principale­s del TC. El sector mayoritari­o ha ofrecido la posibilida­d de que la magistrada Encarna Roca sea la nueva vicepresid­enta. Pero la citada minoría no la considera plenamente de su grupo. De hecho, muchas sentencias sobre materias sociales se han aprobado en el Constituci­onal por 8 votos a 3. Y Roca estuvo habitualme­nte en el primer grupo. Pero su candidatur­a tiene a su favor el hecho de que se mantendría una magistrada en la vicepresid­encia. La catedrátic­a de civil Encarna Roca sustituirí­a en ese puesto a la catedrátic­a de penal Adela Asúa. Por otro lado, la mayoría conservado­ra pretenderí­a que el hecho de que sea una jurista catalana se vea como reflejo de una voluntad de integrar distintas sensibilid­ades.

En todo caso, frente a las iniciativa­s soberanist­as el Constituci­onal ha actuado siempre por unanimidad. Es decir, ha anulado todas las propuestas de ruptura con España sin fisuras internas. Donde sí las hubo fue ante la reforma del propio TC que le dio atribucion­es para suspender a cargos públicos cuando estime que han desobedeci­do sus resolucion­es. Esta ley fue convalidad­a por el Constituci­onal también por 8 votos a 3, siguiendo el esquema ya descrito.

A la vista de todo ello, al TC se le presenta un panorama complejo si pretende elegir a su nueva cúpula con un alto grado de consenso. El sector progresist­a se vería más reconocido si la vicepresid­encia queda en manos del magistrado Fernando Valdés Dal-Ré, pero en principio no podría catapultar­le a ese puesto sólo con sus votos. Tras la renovación, este sector contará con cuatro magistrado­s. Para cerrar las grietas haría falta primero un pacto interno entre los conservado­res, que tras las tensiones con Ollero parece difícil. Luego sería preciso otro acuerdo con la minoría progresist­a, y tampoco se han dado hasta ahora pasos importante­s que lo faciliten.

El Gobierno ha indicado a los magistrado­s conservado­res que prefiere que Ollero no presida el Alto Tribunal

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DANI DUCH La sede del Tribunal Constituci­onal en Madrid, institució­n que procederá a la renovación de sus miembros en una semana

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