Macron sobrepasa a Le Pen por primera vez en intención de voto
Por primera vez Emmanuel Macron supera a Marine Le Pen en intención de voto para la primera vuelta de las presidenciales francesas que se disputará el 23 de abril. Una encuesta ayer publicada adjudica a Macron, que defiende un programa de centroderecha en plena conformidad con los grandes ejes europeos, un punto por delante de la candidata ultraderechista, que define la divisoria política francesa entre “patriotas”, la opción que se autoatribuye, y “mundialistas”.
Macron recibiría un 26%, frente al 25% de Le Pen, que hasta ahora lideraba la intención de voto en ese estadio. El 7 de mayo se celebrará una segunda vuelta, entre los dos primeros candidatos clasificados el 23 de abril. En esa segunda vuelta, Le Pen aparece siempre derrotada, gracias al “factor alergia”: un 58% de los franceses la consideran un peligro para la democracia. Según la misma encuesta, Macron, ex ministro de Economía de François Hollande, un joven brillante de 39 años, batiría a Le Pen holgadamente: 65% contra 35%.
La campaña ha dado ya suficientes giros inesperados como para darla como cosa hecha. Pese a su vigor en los sondeos, el voto para Macron es de los menos consolidados. Si un 79% de los votantes de Le Pen y un 73% de los votantes del candidato de la derecha, François Fillon, tan desprestigiado por la sospecha de los empleos ficticios de su mujer, se declaran seguros de votarles, en el caso de Macron solo el 45% de sus votantes afirma tal seguridad.
Macron, que tiene buenos apoyos en los negocios –y por lo tanto, también en los medios de comunicación–, obtiene cada semana nuevas adhesiones, que se caracterizan por su carácter variopinto. Esta semana se han declarado a su favor gente tan diferente como el actual ministro de Defensa, Jean-Yves Le Drian, que aún no la ha hecho público; el exlíder sesentayochista Daniel Cohn-Bendit, ahora un liberal ecologista-atlantista; el popular exalcade de París Bertrand Delanoë, o el incombustible consejero presidencial Jacques Attali, mentor del candidato y el que responde mejor a su perfil ideológico.
Los expertos alertan sobre el aumento del primer partido: el de la abstención y el desencanto
El pujante ascenso de Macron podría, por supuesto, pinchar con la revelación de algún escándalo sobre la poca transparente financiación de su campaña o similares.
De momento, diversos sociólogos recuerdan cuál es el primer partido de Francia: la abstención, con una proyección del 32% en la primera vuelta. Una abstención que refleja desafección y descontento, explica el sociólogo Gilles Finchelstein. Su compañero Brice Teinturier, director del instituto de sondeos Ipsos, constata la consolidación del fenómeno PRAF, acrónimo de “Plus rien à faire” (nada que hacer). La fe en la política se ha evaporado en los últimos diez años. La suma Sarkozy-Hollande ha sido letal para la credibilidad, dice Teinturier. Francia, sociedad politizada, es capital del desencanto.