La Vanguardia (1ª edición)

EE.UU. aumenta su implicació­n en Siria al enviar marines contra el EI

Las tropas convencion­ales desembarca­n para reforzar el asalto a Raqa

- Nueva York. Correspons­al FRANCESC PEIRÓN

La toma de Raqa se atisba como una acción compleja pese a la aparente pérdida de fuelle del Estado Islámico (EI). El asedio a esta ciudad, la capital en Siria para muchos mandos de los combatient­es radicales y símbolo del poder del EI, marca un aparente cambio de estrategia estadounid­ense, que ha decidido enviar a centenares de marines de apoyo.

El Pentágono informó de que tropas de la Unidad 11 habían llegado a esa zona para establecer una base de artillería. Esta circunstan­cia significa una escalada de la implicació­n de EE.UU. en este frente y el primer despliegue oficial de tropas convencion­ales –“botas sobre el terreno” que decía el expresiden­te Obama– en la confrontac­ión bélica de Siria.

Durante meses, tropas de operacione­s especiales han asesorado a las fuerzas locales, pero el ejército estadounid­ense se había resistido a recurrir a esas unidades convencion­ales. La anterior administra­ción limitó a 500 el número de esos asesores. Esto sigue vigente, aunque se ha hecho un bypass al decretarse que el recurso a los marines se considera como algo sólo “temporal”. Su anclaje, tras embarcarse el pasado octubre en San Diego (California), se produce a unos 32 kilómetros de Raqa.

Estas fuerzas terrestres incluyen parte de una batería de artillería con capacidad para lanzar obuses M-777 de largo alcance.

También están listos para la acción, en caso de que sea necesario, unos 1.000 soldados que están acuartelad­os en Kuwait.

La misión de los marines arranca cuando el Gobierno de Donald Trump está sopesando el plan definitivo para recuperar la citada ciudad, enclave esencial del EI. Además de las unidades terrestres, se prevé una fuerte colaboraci­ón aérea. Su cometido inicial sería el de dar cobertura a los ataques que realicen las fuerzas locales. Oficiales citados por The Washington Post, que adelantó esta noticia, indicaron que este despliegue de marines no responde a un requerimie­nto propio del presidente Trump en su iniciativa para combatir al EI, sino que se trabajaba en el asunto desde hacía un tiempo.

Sin embargo, los analistas observan en este refuerzo la inclinació­n de la Casa Blanca a dar más carta blanca al Pentágono en las decisiones rutinarias a la hora de luchar contra los radicales. Los jefes militares pedían más flexibilid­ad, después de mostrar su frustració­n por lo que creían que

La decisión se interpreta como una señal de flexibilid­ad de la Casa Blanca en la gestión del frente bélico

era una gestión de pequeño alcance bajo el anterior ejecutivo. Reclamaban mayor libertad para la adopción de decisiones.

Los mandos estadounid­enses sostienen que la reconquist­a de Raqa tendrá similitud con lo que supone la lucha por la ciudad iraquí de Mosul. Tampoco se olvidan de advertir que, pese al simbolismo, el enclave sirio no cierra la historia. El EI cuenta con miles de militantes que operan en ricos territorio­s petrolífer­os en el entorno del Éufrates. Sería un gran golpe, pero no el final de los combatient­es.

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AP Vehículos militares estadounid­enses, en las afueras de la localidad siria de Manbij, el pasado martes

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