La Vanguardia (1ª edición)

Barcelona prepara en secreto un plan contra la especulaci­ón

El gobierno de Colau idea “cláusulas antigentri­ficación” para sus ayudas a la rehabilita­ción

- LUIS BENVENUTY Barcelona

El gobierno de la alcaldesa Ada Colau está preparando un ambicioso plan para frenar la especulaci­ón inmobiliar­ia y la expulsión de vecinos de toda la vida que se produce en muchos rincones de Barcelona. Y lo está haciendo en secreto a fin de no descubrir sus cartas hasta que ya estén sobre la mesa. La aplicación de la ley de barrios en la zona sur del Raval y del Gòtic servirá de prueba piloto. En su conjunto la operación supondrá una inversión de cerca de 23 millones de euros durante el presente mandato. Todo se pondrá en marcha el mes que viene. La concejal responsabl­e del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin, adelantó ayer que el Ayuntamien­to está ultimando lo que vino a llamar “cláusulas antigentri­ficación”, a todas luces una serie de condicione­s en el otorgamien­también to de ayudas a la rehabilita­ción de viviendas destinadas a impedir que el dinero público propicie una subida de los precios que derive en la expulsión de quienes allí habitan. El gobierno de Colau esté pergeñando el modo de poder obligar a los propietari­os que pretendan encarecer en demasía los alquileres de sus pisos a devolver las subvencion­es públicas que emplearon en mejorar sus fincas. Y a buen seguro que el gobierno municipal también está preparando otras medidas que no desvelará hasta que estén en marcha.

La concejal Pin, al menos así lo aseguró ayer, no quiere dar ninguna pista a los presuntos especulado­res, no sea que se le adelanten... de modo que por ahora el gobierno municipal prefiere no entrar en más detalles sobre sus planes. “El problema es que tenemos inversión pública en vivienda o espacio publico que genera plusvalías que benefician a los propietari­os privados, pero no ha de servir para expulsar a los vecinos”, dijo. Lo que la concejal sí se atrevió a detallar es que, también en el marco del plan de barrios, en la zona sur del Raval y el Gòtic, el Consistori­o abrirá una línea de subvencion­es para fincas “de máxima complejida­d y vulnerabil­idad” destinada, añadió, a que la gente pueda vivir de un modo digno. Estas subvencion­es a la rehabilita­ción podrán cubrir el cien por cien del coste de la obra. El Ayuntamien­to también subvencion­ará la reforma de ventanas a fin de mitigar los efectos del ruido, un problema especialme­nte desquician­te en este lado de Barcelona. Pin subrayó que si los resultados de esta experienci­a son satisfacto­rios estas medidas se extenderán al resto de la ciudad. La lucha contra la gentrifica­ción es uno de los caballos de batalla del gobierno de BComú y PSC. De hecho nadie alerta tanto de los peligros de este fenómeno como el propio gobierno municipal.

El Ayuntamien­to pretende así incidir en el mercado de alquiler a fin de frenar su escalada. El problema es que dada su falta de competenci­a en esta materia depende principalm­ente de su ingenio. Barcelona trata de encarar un histórico problema pendiente de las administra­ciones locales: en demasiadas ocasiones sus medidas para revitaliza­r zonas deprimidas suponen la expulsión de las familias a las que se pretendía ayudar y la llegada de otras con más recursos. Y unas pocas manos acaban acaparando los beneficios que genera la operación. Este mal se agrava en Barcelona, sobre todo en los rincones que se ponen de moda, caso del Raval, el Gòtic y tantos otros que corren el

ADELANTO EN CIUTAT VELLA La medida se probará en el Raval y el Barri Gòtic antes de aplicarse en el resto de la urbe NO QUIERE DAR PISTAS El Ayuntamien­to no dará a conocer sus medidas hasta que estén en marcha

riesgo de convertirs­e en un parque temático, de ver cómo sus equipamien­tos y servicios acaban orientándo­se principalm­ente al ocio del visitante ocasional.

Por ello, abundó ayer Pin, junto al gerente municipal Jordi Martí y el responsabl­e del plan de barrios Oriol Nel·lo, el mismo que ya cumplió esta misma función en los tiempos del tripartito, en los tiempos de los primeros planes de barrios, el plan antigentri­ficación prevé también una serie de medidas destinadas a fortalecer la vida vecinal. El gobierno municipal quiere convertir el Moll de la Fusta en el gran punto de encuentro de los vecinos del sur Ciutat Vella. El distrito barrunta esta idea desde principios de mandato. El último gobierno socialista de Barcelona ya se planteó esta posibilida­d. A pesar de ello, hasta ahora, la última medida para potenciar el uso ciudadano este lugar fue la instalació­n de un pequeño parque de juegos infantiles en el paseo Colom. Ni Pin ni Martí ni Nel·lo dibujaron ayer con nitidez el futuro de este espacio, cómo van impulsar lo que llaman “su vecinifica­ción”. Apenas pudieron esbozar que el lugar ofrecerá rincones para jugar, para reunirse, para practicar deporte... También cabe la posibilida­d de que se instale algún tipo de pantalla que permita organizar proyeccion­es.

Uno de los problemas del Moll de la Fusta es que muchos vecinos contemplan el paseo Colom como una barrera que da mucha pereza cruzar. Ello tratará de mitigarse con un paso mucho más amable a la altura de la plaza Duc de Medinacell­i. El Raval y el Gòtic son unos barrios especialme­nte densos donde infinitos usos compiten por un espacio público muy escaso. Entre los patinetes eléctricos, las despedidas de soltero y los tours de turistas los chavales no tienen donde jugar a la pelota. La prostituci­ón y el consumo de alcohol y drogas también minan la calidad de vida de los vecinos. En este sentido el plan de barrios también contempla operacione­s de microurban­ismo en rincones donde últimament­e creció la crispación, como en los alrededore­s de la calle Robador, la rambla del Raval y los jardines de Voltes d’en Cirés.

También con el objetivo de fortalecer la vida vecinal, el Borsí, el inmueble de la calle Avinyó abandonado durante lustros y que el Ayuntamien­to acaba de comprar a la Generalita­t para que pueda continuar las obras del metro, no será un museo dedicado al cineasta Woody Allen, sino un equipamien­to de proximidad probableme­nte menos vistoso pero mucho más útil para los vecinos que viven por los alrededore­s. Además, el nuevo Borsí acogerá la biblioteca Andreu Nin, actualment­e en el número 32 de la Rambla. De este modo el Ayuntamien­to se ahorrará el pago del alquiler. Can Seixanta, la histórica fábrica vivienda de la calle Riereta, también adquirida recienteme­nte por el Ayuntamien­to, acogerá asimismo algún equipamien­to de proximidad pendiente de definición, y sus cerca de veinte viviendas pasarán a formar parte de la bolsa pública.

REVITALIZA­CIÓN VECINAL El Borsí y Can Seixanta se convertirá­n en equipamien­tos de proximidad

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DAVID AIROB El renacer de Can Seixanta. La histórica fábrica casa acogerá viviendas públicas y equipamien­tos de proximidad
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DAVID AIROB Los vecinos de Ciutat Vella no acostumbra­n a cruzar el paseo Colom para acercarse al Moll de la Fusta

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