La superserie ‘Millet’
Donde se ponga un juicio en directo, que se quiten nuestras bienamadas series. La televisión y la radio públicas catalanas han acertado de pleno al programar la conexión en directo de las confesiones del juicio del Palau de la Música. En cambio, Televisión Española perdió una oportunidad de oro de demostrar objetividad con el caso Gürtel. El canal 3/24 y Catalunya Informació cumplieron esta vez con su deber público. Para eso sirven canales de noticias 24 horas: para saltarse una programación encorsetada y ofrecer una emisión verdaderamente noticiosa.
Las confesiones de Millet y Montull han trasladado a los espectadores catalanes a los escenarios de las mejores series de ficción de los últimos años. Pudimos conocer en directo el relato de un miembro de la burguesía barcelonesa en sus andanzas por el sendero del mal, como si protagonizara, también calvo, Breaking bad (aunque ahora se haya convertido para algunos en The jinx (El gafe). Mientras que el expresidente Artur Mas, al frente de Convergència, presume de hacerlo todo por la patria (Homeland), los métodos que explicó Millet sobre la financiación ilegal del partido que lideró evocaron más bien a los de Los Soprano y los relatos de los implicados en el caso sonaron como las escuchas policiales (The wire).
El elogio de la oportunidad de los medios de la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuals (CCMA) en este caso no es trasladable al resto del comportamiento que sus programas informativos y debates tienen en relación al llamado proceso. Las tertulias se desequilibran siempre hacia el lado separatista, en una proporción de opiniones alejada de la compleja realidad social catalana. Deberían mirar las encuestas del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO) para entender por qué el público ha desconectado de TV3, ahora tercera en audiencia por detrás de Telecinco y Antena 3.
Esta cuestión ha sido debatida en el Parlament, pero los responsables de la televisión y la radio públicas simplemente niegan que sea así. Pueden continuar así hasta que se desmorone el castillo de naipes (House of cards), pero deben recordar que esa actitud de Big little lies (Grandes pequeñas mentiras) puede acabar por provocar Una serie de catastróficas desdichas. Por cierto, hay una serie de Netflix que se llama 3%, pero no tiene nada que ver con Catalunya.