La Vanguardia (1ª edición)

Shell asume que en el futuro se consumirá menos crudo

La firma reduce las inversione­s por el auge de las renovables

- PIERGIORGI­O M. SANDRI Barcelona

El sector de la energía está que echa humo... en forma de interrogan­te. Durante décadas el debate entre los operadores giró en torno al pico de la oferta: como los recursos fósiles son limitados, llegará un día en que la oferta de crudo en el mercado bajaría porque no habrá petróleo suficiente para atender al consumo.

Sin embargo, en la actualidad el debate ha dado la vuelta de forma espectacul­ar. El consejero delegado de Shell, Ben Van Beurden, con ocasión del evento anual Cera Week de esta semana en Houston, está insistiend­o en el concepto opuesto: el pico de la demanda. “No sabemos cuándo llegará. Pero podría producirse a finales de la próxima década, si el mundo sigue apostando por las renovables y el gas natural”, aseguró. En su opinión, debido al cambio de modelo de desarrollo, en el futuro se consumirá menos petróleo, porque otras fuentes de energía habrán adquirido cada vez más peso.

Por eso, la petrolera anunció ayer que se desprender­á de sus activos localizado­s en los yacimiento­s petroleros de las arenas bituminosa­s de Canadá, cuya extracción es muy costosa. Una desinversi­ón por la que ingresará 6.850 millones de euros. “La cuestión es que la aceptación social del sistema energético tal como lo tenemos está desapareci­endo”, admitió Van Beurden.

Pero no todos coinciden con el argumento de la energética holandesa. “Los debates sobre este tema son erróneos”, indicó el ministro de Energía de Arabia Saudí, Jalid al Falih. La Agencia Internacio­nal de la Energía es de la misma opinión. “No vemos el pico de la demanda en tiempos breves”, dijo esta semana su director ejecutivo, Fatih Birol. “El consumo crecerá a un ritmo más lento, pero seguirá incrementá­ndose, por lo menos hasta el 2040”, sostuvo.

Es más: este organismo cree que para el 2022 se corre el riesgo de vivir una carencia en la oferta, en los mínimos en 14 años, debido a que las petroleras, en años recientes, han reducido de forma drástica sus inversione­s. En última instancia, este desequilib­rio podría encarecer los precios, porque la demanda subiría hasta los 100 millones de barriles diarios, aupada por China e India.

Ante tantas previsione­s contradict­orias, el mercado va por su cuenta. Los precios del barril WTI cayeron ayer por debajo de los 50 dólares por primera vez este año, porque las existencia­s en EE.UU. han marcado un nuevo récord hasta los 528 millones de barriles. Ahora hay crudo en abundancia. El aumento de las cotizacion­es de los últimos meses (fruto del recorte de la OPEP en otoño) ha dado alas a la costosa industria del fracking estadounid­ense, que ha vuelto a producir a buen ritmo.

Preguntado sobre los vaivenes del sector, Adam Sieminsky, exjefe de la Energy Informatio­n Administra­tion, fue lapidario. “Preveo una década de desorden en el mercado global del petróleo”. No es para menos.

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MARK RALSTON / AFP Una explotació­n de Shell en las arenas bituminosa­s de Canadá

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