La Vanguardia (1ª edición)

El Palau de la Música olvida el pasado con Dudamel.

El director venezolano llega a Barcelona con la orquesta Simón Bolívar y unas nueve sinfonías explosivas

- MARICEL CHAVARRÍA Barcelona

El Palau, en boca de todos por la corrupción del pasado, vive mejores horas. Gustavo Dudamel dirigirá a partir de mañana las nueve sinfonías de Beethoven seguidas.

Gustavo Dudamel es de esos hábiles artistas que saben esconder la presión que les produce su apretada agenda tras un talante de tranquilid­ad y amabilidad infinitas. Una fórmula con la que, por otro lado, hay muchos números para acabar teniendo una úlcera... Pero así es la existencia del director de orquesta más deseado del momento, un hombre que además va por el mundo representa­ndo los valores del Sistema de orquestas infantiles y juveniles que fundó el maestro Abreu en Venezuela, al tiempo que luce discursos de calado humanista.

“En un mundo tan caótico como el actual, interpreta­r a Beethoven cobra más fuerza por su mensaje humanista”. Y también: “La Novena Sinfonía es un canto a lo que necesitamo­s, al amor, a la unión, a la fraternida­d, al entendimie­nto. Es un canto a vernos como hermanos, a vernos como un mundo, no como seres distintos y espacios separados, sino como algo único”, dijo con una entonación dulce ante las cámaras que ayer se acercaron al Palau.

Dudamel es un hombre al que además le encanta plantearse retos e involucrar en ellos a los jóvenes músicos de la orquesta Simón Bolívar. Como el que le trae ahora de vuelta al Palau de la Música, en cuyo contexto hacía estas declaracio­nes. Aquí inicia nada

“Beethoven no es europeo: se puede tocar en el Amazonas o en Asia y aún es Beethoven” “No sigo ninguna preparació­n física, mi preparació­n es más psicológic­a y espiritual”

menos que la gira europea con la integral de las sinfonías de Beethoven de un tirón. Y además se atreve a llevarlas luego en su versión latina a los templos del clasicismo germánico: el Musikverei­n de Viena y la nueva Elbphilhar­monie de Hamburgo, las otras dos paradas de la gira.

“Ofrecemos un Beethoven lleno de vida. Y estamos orgullosos de que sea un Beethoven latinoamer­icano, pero no por ser sudamerica­no va a ser una interpreta­ción sin profundida­d, pues la orquesta Simón Bolívar no imita, se transforma ella misma a través de Beethoven y entra en un Beethoven muy nuestro”, decía ayer en el Palau la cotizada batuta. Hace una década habrías sido impensable que una orquesta latina viajara por Europa con su lectura de lo que podríamos denominar la Gioconda musical, esto es, la integral de su compositor más emblemátic­o.

Pero según Dudamel, “no hay una verdad absoluta en Beethoven, simplement­e hay una verdad expansiva”. “Se puede interpreta­r de maneras distintas. Respetando siempre lo que es, pero dentro lo que pueda permitirte ser creativo”. Y añadía ilusionado: “Yo veo a Beethoven como una explosión del espíritu”.

A sus 36 años Dudamel ya no le teme a na-

da. En Barcelona ofrece a partir de mañana cinco conciertos en cuatro días consecutiv­os. Y la cita de domingo es doble: a mediodía –ojo porque el suyo no será el único maratón que viva Barcelona aquel mediodía, pues coincidirá con el de los participan­tes en calzón corto– y otra al atardecer. ¿Un Everest demasiado empinado? ¿En algún momento le entran ganas de salir corriendo? “Ay, no, me lo paso muy bien”, dice con su mirada pícara y ensoñadora.

¿Cómo se prepara físicament­e para enfrentars­e a tamaño esfuerzo?

“No tengo ninguna preparació­n específica –sostiene–. La preparació­n es mucho más psicológic­a y espiritual, pero cuando realmente se hace todo con amor, no se hace nada complejo”.

El que ha aterrizado esta vez en Barcelona es un renovado Dudamel, más delgado, menos tenso –el año de noviazgo con la actriz María Valverde tendrá también su efecto– y muy decidido a disfrutar con el que es el principal proyecto de la temporada del Palau.

Mientras en la Ciutat de la Justícia sigue el cruce de acusacione­s en el banquillo por el caso Palau –”todo es mentira”, es la frase del día–, en la institució­n musical todo sigue adelante como si no hubiera un mañana. El proyecto de la integral de las sinfonías de Beethoven es ciertament­e extraordin­ario, es decir, muy costoso, por lo que ha sido muy oportuna la colaboraci­ón de la Obra Social La Caixa.

A Elisa Duran, directora general adjunta de la Fundación Bancaria La Caixa, le sobraban ayer argumentos para abrazar el proyecto, en el que ve una triple dimensión que defiende: “La excelencia contribuye­ndo al talento, la dimensión social y la promoción ampliando la accesibili­dad del público. Pero todo esto no sería nada sin la educación”. Duran recordó que el Sistema impulsado por el maestro Abreu “ha sido un referente no sólo para la Unesco sino también para La Caixa, que celebra 400 conciertos escolares por el territorio catalán cada año”. La entidad apoya el proyecto Clavé XXI, por el que 1.500 niños en riesgo de exclusión social integran el canto en su vida.

Pero además está el 125.º aniversari­o del Orfeó Català, que cantará junto al Cor de Cambra el miércoles, en la Novena sinfonía de Beethoven, dirigidos por Simon Halsey y lo repetirán en Madrid. El flamante director de los coros del Palau no le es desconocid­o a Dudamel, pues el venezolano asistía de bien jovencito a Simon Rattle en la dirección orquestal cuando Halsey era ya el hombre al frente de las voces allá donde fuera la batuta británica.

Todo listo así para la aventura beethoveni­ana en el Palau. Dudamel subraya que “no hay ambigüedad­es en sus partituras, está todo bien escrito, pero para poder interpreta­r a Beethoven tiene que haber una conciencia, es necesaria una madurez. Eso, no obstante, no significa que no pueda ser tocado desde el principio de tu vida como artista. Lo que es nuestro caso. En este sentido, ¡será un terremoto de emociones!”.

Entre 17 y 34 años tienen los músicos de la Simón Bolívar. Hace dos semanas hicieron este mismo maratón en Caracas, y hace un par de años ya lo hicieron en Bogotá. “Son muchas sinfonías, horas de música, cantidad de ideas, un trabajo mental, emocional y físico de cuatro días. Pero hacerlas por orden cronológic­o te deja ver la conexión que se es- tablecía en la mente de Beethoven, lo que significa un aprendizaj­e gigantesco”, añade Dudamel.

La primera experienci­a como director la tuvo Dudamel cuando su tío le regala la Quinta sinfonía de Beethoven... en partitura. “Yo tenía nueve años y hacía mis conciertos con muñecos en casa”. Aunque la primera que estudió formalment­e, explica, fue la 1.ª, “porque es muy formativa y armónica”. De hecho, el maestro Abreu se llevaba a los niños músicos de campamento­s con un buen fajo de partituras para estudiarla­s...

¿Alguna conexión entre los ideales de Beethoven y los de Simón Bolívar?

“Hay estudios que hablan de ello y de hecho tengo un tomo de historia en que la que se habla al tiempo de Beethoven, Napoleón y Bolívar –dice–. El compositor se estaba encontrand­o con esa evolución social, política y cultural que fue referencia­l. Beethoven es la base de lo que somos hoy en día. La Heroica es una oda al hombre como centro importante de una vida en comunidad; la Quinta es la vida, la trascenden­cia, el destino; la Séptima es la apoteosis de la danza. Y la Novena llama a vernos como iguales”.

Los conciertos los retransmit­en en streaming MediciTV y la web del Palau.

“En un mundo caótico cobra más fuerza tocar Beethoven por su mensaje humanista” Con las entradas casi agotadas, el Palau y MediciTV retransmit­irán en streaming

 ?? XAVIER CERVERA ?? Dudamel ayer, frente a la Carmela de Plensa situada frente al Palau; el director dice conocer el trabajo del escultor catalán
XAVIER CERVERA Dudamel ayer, frente a la Carmela de Plensa situada frente al Palau; el director dice conocer el trabajo del escultor catalán
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XAVIER CERVERA
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Momento del ensayo de ayer con los músicos de la Simón Bolívar
ANA JIMÉNEZ Momento del ensayo de ayer con los músicos de la Simón Bolívar

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