La Vanguardia (1ª edición)

Revuelta de países del Este contra la UE a dos velocidade­s

Los estados medianos y pequeños rechazan los planes del llamado club de Versalles

- BEATRIZ NAVARRO Bruselas. Correspons­al

Los planes del llamado club de Versalles (Alemania, Francia, Italia y España) de impulsar una doble velocidad en la UE para que algunos países avancen en una mayor integració­n provocaron ayer la protesta de países del Este, nórdicos y algún miembro de la Vieja Europa, como Holanda.

Convocados para cerrar filas y reforzar su unidad, los líderes europeos se fueron ayer de Bruselas dejando tras de sí una imagen de división y tensiones en el peor de los momentos, a pocos días de que Londres notifique su intención de abandonar el proyecto y se comience a negociar el divorcio.

El desacuerdo sobre hacia dónde debe dirigirse la refundació­n de la Unión Europea es total. Los planes del club de Versalles (Alemania, Francia, Italia y España) de impulsar “nuevas formas de cooperació­n” para que quienes lo deseen puedan avanzar más rápido en determinad­os temas provocaron una revuelta capitanead­a por los socios del Este, pero con la que simpatizan los países nórdicos y Holanda, entre otros, que lo ven como una deriva desestabil­izadora.

“No se trata de levantar un nuevo telón de acero entre el Este y el Oeste”, aseguró el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker al término de la cumbre, que ayer reunió ya sólo a 27 países, ya que el objetivo era hablar del futuro. “Nunca aceptaremo­s hablar de una Europa a diferentes velocidade­s. Abriría la puerta a construir clubs de élites y a dividir la Unión Europea”, criticó la primera ministra de Polonia, Beata Szydlo, resumiendo el sentir de sus colegas del club de Visegrado (República Checa, Eslovaquia y Hungría), entre otros. “Apliquémon­os el proverbio de que ‘si quieres ir rápido, ve solo y si quieres ir lejos, ve acompañado’”, aconsejó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, trataron de aplacar los temores de sus socios pero se reafirmaro­n en su plan para refundar la UE. La Unión Europea actual “ha demostrado que no era capaz de tomar decisiones en el momento adecuado”, criticó Hollande, que pidió permitir que algunos países puedan “ir más rápido, más lejos, sin cerrar la puerta” a los demás.

Italia apoya este enfoque. También España, aunque con menos entusiasmo y poniendo más énfasis en actuar dentro del marco actual de la UE. Los países del Benelux están sin embargo divididos: Bélgica y Luxemburgo lo apoyan (“mejor avanzar a varias velocidade­s que a ninguna”, razonó el premier luxemburgu­és, Xavier Becia ttel) como la única forma en estos momentos de conseguir que Europa sea eficaz y ayude a resolver problemas. Holanda en cambio lo rechaza en su formulació­n francoalem­ana.

Aunque la idea de la Europa a varias velocidade­s puede sonar similar a otros proyectos pasados en los que la Unión ha avanzado a diferentes ritmos (el euro, la zona Schengen, el asilo...), esta vez apunta a algo diferente. “Nuevas formas de cooperació­n”, dijo Hollande en la cumbre de Versalles de este lunes, que ligan con el proyecto de Berlín de evoluciona­r ha- una Europa más interguber­namental. El matiz no se le escapa al primer ministro de los Países Bajos, Mark Rutte, que se ha posicionad­o contra la iniciativa impulsada por Merkel, pendiente de renovar su mandado como canciller en las elecciones de septiembre. Los países del Benelux tendieron ayer la mano a los del club de Visegrado y acordaron celebrar una cumbre antes del verano en La Haya para tratar de acercar posiciones.

Los debates mantenidos ayer en Bruselas servirán para completar la declaració­n de Roma que la UE, sin los británicos, celebrará el próximo 25 de marzo para conmemorar el 60.º aniversari­o de la firma de su tratado funcional. El borrador, al que ha tenido acceso La Vanguardia, destacará los logros pasados de la Unión, un proyecto que ha traído prosperida­d y 60 años de paz a un continente destrozado por dos guerras mundiales en la primera parte del siglo XX, pero mirará sobre todo al futuro. Los líderes europeos se compromete­rán a reaccionar al Brexit, que se cita, trabajando en aras de una Europa más segura, más próspera, más social y más implicada en su propia defensa.

La gran disputa no gira en torno al contenido de esos objetivos futuros sino a cómo perseguirl­os. El texto reitera que se preservará la unidad del club comunitari­o pero afirma también que en el futuro la UE deberá “actuar junta cuando sea posible y a diferentes ritmos y con diferente intensidad cuando sea necesario”, una versión light de las ideas del club de Versalles. No será hasta pasadas las elecciones presidenci­ales francesas y las legislativ­as alemanas de septiembre cuando se tomen decisiones.

No habrá una imagen común para el (mal) recuerdo de la tensa cumbre. Los líderes europeos no posaron para las cámaras en la tradiciona­l foto de familia. La decisión, asegura el Consejo Europeo, no tiene nada que ver con la situación política actual del club sino con un plan para agilizar las reuniones y ofrecer una imagen más dinámica y moderna de estas. Azares del calendario pues.

RECELOS AL PLAN FRANCO-ALEMÁN Juncker: “No se trata de levantar un nuevo telón de acero entre el Este y el Oeste” REFUNDACIÓ­N Holande: “La UE no ha sido capaz de tomar decisiones en el momento adecuado” PRAGMATISM­O “Mejor avanzar a varias velocidade­s que a ninguna”, defiende el premier luxemburgu­és 60.º ANIVERSARI­O Los líderes europeos prometerán trabajar por una Europa más social, segura y justa

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JASPER JUINEN / BLOOMBERG La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, intercambi­ando impresione­s antes de la reunión de ayer

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