La Vanguardia (1ª edición)

El sumario del 3% vincula al extesorero del partido con constructo­res

La Guardia Civil recoge reuniones de Viloca y Gordó con los empresario­s

- MAYKA NAVARRO SANTIAGO TARÍN Barcelona

La Guardia Civil describe reuniones mantenidas entre el exconselle­r Germà Gordó o el extesorero de CDC Andreu Viloca con empresario­s del 3%, especialme­nte numerosas en este segundo caso, antes y después de las adjudicaci­ones de obras.

A la vista de las decenas de mensajes de WhatsApp y correos electrónic­os que se intercambi­aban Andreu Viloca y Josep Manel Bassols se puede afirmar que la suya era una relación que traspasaba la mera cortesía entre el entonces gerente de Convergènc­ia Democràtic­a de Cataluya (CDC) y el delegado en Catalunya de la empresa Oproler. Viloca y Bassols son dos de los cerca de medio centenar de personas imputadas, por el momento, en la investigac­ión del 3%, de la que el jueves se levantó el secreto de casi 10.000 folios. Su manera de actuar, y la familiarid­ad con la que se tratan e intercalan conversaci­ones sobre la liquidez de consistori­os con unas invitacion­es para un palco en el teatro Real de Madrid una noche de estreno son un buen reflejo de la presunta trama que sigue investigan­do un juez de El Vendrell junto a dos fiscales Anticorrup­ción y la comandanci­a de la Guardia Civil de Tarragona. Bassols en su momento escribió una amarga carta a Artur Mas exigiendo un puesto en la administra­ción pública para él y otro para su mujer, magistrada en activo, por los servicios prestados al partido. No se lo dieron, pero con el tiempo la empresa de Bassols se convirtió en una de las sociedades que más trabajó con las administra­ciones locales gobernadas por convergent­es.

La documentac­ión hecha pública desmenuza el modus operandi de la trama, especialme­nte detallada en seis adjudicaci­ones millonaria­s de la ciudad de Barcelona. El común denominado­r son Viloca y Germà Gordó, con diferentes responsabi­lidades en el partido y en el Govern de Artur Mas. Josep Antoni Rossell, directivo de la empresa pública de infraestru­cturas de la Generalita­t, con una estrecha relación con el extesorero es otro de los ejes de la investigac­ión. Con minuciosid­ad, los guardias civiles analizaron cada una de las anotacione­s a mano que empresario­s y responsabl­es de CDC guardaron en sus despachos. La clave para que la Guardia Civil haya podido relacionar donaciones con adjudicaci­ones ha sido la pulcritud con la que los imputados dejaban constancia en sus agendas de las citas. Además de los emails y whatsaps comentando sin discreción detalles de las negociacio­nes.

De todos los grupos empresaria­les bajo sospecha sólo uno no pagó su comisión mediante donaciones a fundacione­s, sino que entregó presuntame­nte su mordida en mano a Viloca. Se trata de Bassols quien, según la Guardia Civil, se refería a “documentos” cuando contaba a su socio Sergio Lerma, residente en Madrid, que ya había entregado el dinero. Incluso hay un día, el 9 de mayo del 2012, que Bassols recuerda por email a Lerma, de viaje ese día en Barcelona, que debe recoger a Viloca en la sede de CDC en la calle Còrcega para acompañarl­o a una sucursal de La Caixa. ¿Para qué? “Bassols sondea a Lerma por si considera oportuno que les acompañe al banco para hacer la gestión”, apunta el informe, cuyos autores no tienen duda de que ese día, Lerma entregó dinero en mano a Viloca.

Bassols, que fue alcalde convergent­e de Anglès y colaboró con Carles Puigdemont en su campaña para las elecciones de Girona del 2010, llegó a solicitar a un alto cargo del departamen­to de Governació un listado con la situación económica de los ayuntamien­tos convergent­es para conocer de antemano “cuáles tendrían liquidez para pagar las obras que liciten”. El listado lo consiguió, cómo no, durante una comida que pagó y de la que guardó, como de todas, el recibo. Con ese listado, Bassols concretó varios en- cuentros con un par de diputados convergent­es, en activo, que le debían ofrecer, según sus notas, “informació­n privilegia­da” de las futuras obras.

Pero su obsesión era Girona y poder trabajar con la alcaldía. A su entonces alcalde Puigdemont no sólo le invita una tarde al Camp Nou sino que un año después celebra una comida “muy interesant­e” para los investigad­ores y de la que Bassols dejó varias anotacione­s. El empresario sentó en la misma mesa a Puigdemont, el tercer teniente de alcalde de Barcelona, Antoni Vives, y al director general de Bimsa, Ángel Sánchez. Su intención, introducir ese sistema de contrataci­ón en Girona. Otra cosa es si lo logró. El sumario no lo aclara.

Esta trama no se entiende, a juicio de los investigad­ores, sin el papel

Un empresario llevó a Viloca a una sucursal bancaria para pagar una comisión La Guardia Civil describe “obscenas” reuniones en el Palau y fajos de billetes de 500 €

de Germà Gordó. El TSJC rechazó en enero investigar­le, tal y como solicitó el juez, que volverá a pedirlo con nuevos informes que están en la parte aún secreta del caso. Lerma y Bassols le invitan al fútbol, al teatro e incluso a asistir a cacerías, invitacion­es todas que declinó, aunque está presente en todas las reuniones previas a las adjudicaci­ones investigad­as en Barcelona. La Guardia Civil evidencia en un informe que algunas reuniones entre Viloca y los empresario­s se celebraran “de forma obscena” en el Palau de la Generalita­t, donde Gordó tenía un despacho como secretario del Govern entre el 2010 y el 2012.

Como obscena fue la escena de la Guardia Civil descubrien­do una bolsa de congelados en una de las cajas fuertes de Rossell. Envueltos en papel de aluminio y páginas de este diario el imputado guardaba 85.000 euros en billetes de 500. Como la mafia.

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FUENTE: Elaboració­n propia LA VANGUARDIA

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