Park Geun Hye
EXPRESIDENTA DE COREA DEL SUR
El Tribunal Constitucional destituyó ayer a Park (65) por su complicidad en el mayor escándalo de corrupción que recuerdan los surcoreanos. La decisión desencadenó violentos choques con la policía que acabaron con dos muertos.
Corea del Sur atraviesa uno de los periodos más oscuros de los últimos años. La decisión del Tribunal Constitucional de destituir a la presidenta del país, Park Geun Hye, por su complicidad en el mayor escándalo de corrupción y tráfico de influencias que recuerdan los surcoreanos, ha sumido al país asiático en la incertidumbre. Su separación del cargo provocó ayer manifestaciones de alegría por parte de sus detractores y violentos choques entre sus partidarios y la policía, que se saldaron con un balance de al menos dos muertos y varios heridos.
“Retiramos a Park Geun Hye del cargo”, afirmó la jefa en funciones del Tribunal Constitucional de Corea del Sur, Lee Jung Mi, unos minutos antes de las once de la mañana en una sentencia ampliamente esperada por los surcoreanos. “Sus acciones traicionaron la confianza del pueblo. Se trata de un violación grave del derecho que no puede ser tolerada”, agregó, en una intervención emitida en directo por las televisiones del país.
Con esta decisión, adoptada por unanimidad por los ocho miembros de la máxima instancia judicial del país, la presidenta Park se ha convertido en la primera jefa de Estado surcoreana destituida por un juicio político. Un veredicto que ratifica la decisión votada por el Parlamento el 9 de diciembre y que obliga a los surcoreanos a acudir a las urnas antes de 60 días para elegir a un nuevo presidente. Unas elecciones en las que se perfila como favorito el exlíder del opositor Partido Democrático, Monn Jae In.
La destitución de esta mandataria de 65 años, que asumió la jefatura de Estado en el 2012, llega en uno de los peores momentos para Corea del Sur. Deja a este país dividido, sumido en la incertidumbre y sin timonel justo cuando está enfrentado a sus vecinos. Seúl vive días de tensión a causa de la creciente agresividad de Corea del Norte, demostrada con los reciente lanzamientos de cuatro misiles balísticos. Y mantiene un pulso con China a causa de la instalación en su territorio el escudo antimisiles THAAD estadounidense, al que se opone Pekín, que ha adoptado varias medidas de presión, como el boicot a las empresas surcoreanas.
Los jueces decidieron ayer retirar de su cargo a Park por varios delitos. Entre otros, al considerarla culpable de permitir que su amiga íntima Choi Sun Sil participara en asuntos de Estado sin tener ningún cargo oficial y también de colaborar con ella en la extorsión a más de 50 empresas para que donaran unos 62 millones de euros a dos organizaciones dirigidas por Choi, así como permitir que su hija lograra privilegios académicos. Un caso de corrupción y tráfico de influencias que ha conducido al procesamiento de 30 sospechosos de delitos de soborno, entre los que se halla el heredero del grupo Samsung, Lee Jae Yong.
La destitución de la hija del dictador Park Chung Hi, al igual que todo el proceso, desde que afloró a finales de octubre, ha producido una fractura en la sociedad surcoreana. En los últimos meses, centenares de miles de manifestantes salieron a calle a reclamar su dimisión. Otros, sin embargo, la defendían, especialmente los de mayor edad, que la consideran una especie de presidenta mártir, debido a que sus padres murieron en sendos atentados en un plazo de cinco años. Algunos
El fallo deja al país sin liderazgo cuando se ve acosado por Corea del Norte y China boicotea sus empresas
incluso la consideran una especie de princesa, porque ven en ella a la sucesora natural de su padre, bajo cuyo liderazgo el país conoció un crecimiento económico acelerado que sentó las bases de su actual bienestar social.
Estas divisiones se volvieron a poner de manifiesto ayer ante la sede del Tribunal Constitucional. Algunos, los más numerosos, expresaron su satisfacción por la sentencia, que permitirá investigar a Park, desposeída de su inmunidad. Sus simpatizantes, sin embargo, expresaron su enojo y se enfrentaron a la policía. Unos choques que se saldaron con un balance provisional de al menos dos muertos y varios heridos, según la agencia Yonhap.
Tras conocerse el fallo y ante esta fractura social, el presidente en funciones, el primer ministro Hwang Kyo Ahn, instó a los surcoreanos a aceptar el veredicto y a superar el ambiente de división nacional que ha presidido el país en los últimos meses.