Acento italiano
El Gran Teatre presenta una temporada en la que predomina la ópera italiana, no hay piezas del siglo XX y entre las grandes voces brilla la de Jonas Kaufmann
El Teatre del Liceu presentó ayer su próxima temporada, que incluye trece óperas con una presencia abundante de autores italianos como Donizetti, Verdi, Rossini, Monteverdi, Giordano y Puccini.
Muy italiana, con enormes voces y sin ópera del siglo XX ni del XXI. El Gran Teatre del Liceu presentó ayer su próxima temporada, que incluye 13 óperas –cuatro en versión concierto– entre las que predomina el acento italiano. Habrá nada menos que tres Donizetti y dos Verdi y obras de Rossini, Monteverdi, Giordano y por supuesto Puccini. Eso supondrá títulos tan populares como el verdiano Un ballo in maschera –esta vez sin las tazas de váter de Calixto Bieito–, la Manon Lescaut de Puccini, L’elisir d’amore y La favorite de Donizetti –el Liceu recupera los montajes de Mario Gas y Ariel García Valdés, respectivamente– y el Andrea Chénier de Giordano. Por suerte, el país donde nació la ópera dejará sitio para un Händel –el Ariodante, dirigido por William Christie, que debuta en el Liceu con su conjunto Les Arts Florissants, un Gounod –Roméo et Juliette–, un Rubinstein poco interpretado fuera del mundo
Sondra Radvanovsky, Piotr Beczala y Dmitri Hvorostovsky figuran en el batallón de divos
eslavo –la romántica El demonio, sobre la obsesión amorosa– y un Wagner, Tristan und Isolde, con dirección escénica de Àlex Ollé de La Fura dels Baus y con la prodigiosa Iréne Theorin como Isolde.
Porque grandes voces no faltarán en la nueva temporada, comenzando por la de Jonas Kaufmann, que debuta en una ópera escenificada en el Liceu con tres funciones del Andrea Chénier que serán las más caras del año: los precios para ver y escuchar al divo bávaro van de 19 a 350 euros. Kaufmann actuará en esta gran producción que llega del Covent Garden con dirección escénica de David McVicar junto a la soprano Sondra Radvanovsky, a la que también se podrá escuchar en versión concierto en el Poliuto de Donizetti, una historia de fidelidad y desamor durante la persecución de los cristianos en Armenia. El tenor polaco Piotr Beczala será Riccardo en Un ballo in maschera –una producción de Toulouse y Nuremberg que abrirá oficialmente la temporada– y en principio junto a él, como Renato, estará el barítono ruso Dmitri Hvorostovsky, que anunció en diciembre que no cantaría ópera escenificada en el futuro inmediato por los problemas de equilibrio que le provoca un tumor cerebral. El Liceu explica que sigue adelante con su compromiso tanto en Un ballo... como en El demonio, un proyecto muy personal.
Además, Ludmyla Monastyrska y Gregory Kunde protagonizarán Manon Lescaut, y el bajo ruso Ildar Abdrazakov será Attila en la ópera homónima de Verdi en versión concierto. Los aún jóvenes pero ya aclamados Saimir Pirgu y Aida Garifullina serán los Roméo et Juliette de Gounod y la mezzo revelación francesa Clémentine Margaine protagonizará La favorite junto al tenor Michael Spyres. Como por ahora no hay dinero para llevar a cabo el proyecto de ópera-estudio con el que sueña la directora artística del Liceu, Christina Scheppelmann, para formar a jóvenes cantantes, libretistas y compositores, hará un experimento al inicio de la temporada con esa sátira de la vieja aristocracia que es Il viaggio a Reims de Rossini, en la que unirá voces veteranas como Irina Lungu y otras jóvenes que ha seleccionado en audiciones y que vendrán una semana antes que el resto para formarse con el director de escena Emilio Sagi.
En danza, habrá tres conjuntos europeos: Le ballet du Grand Théâtre de Genève con Romeo y Julieta, el Eifman Ballet ruso con Anna Karenina y Les Ballets de Monte-Carlo con Le Songe, de JeanChristophe Maillot a partir del Sueño de
una noche de verano de Shakespeare. Y volverá IT Dansa. Por último, habrá recitales de Plácido Domingo –de zarzuela–, Magdalena Kozená –que mezcla flamenco y barroco– y Josep Bros por sus 25 años. Jordi Savall dirigirá ensaladas del siglo XVI y Josep Pons, poemas sinfónicos y el Así habló Zaratustra de Strauss.