Alemania apuesta por más cámaras de vigilancia
El Parlamento aprueba nuevas medidas contra el terrorismo
En política de asilo, el Bundesrat rechaza considerar “países seguros” a Argelia, Túnez y Marruecos
Los ataques de islamistas radicalizados que sufrió Alemania durante el año pasado, y en concreto el atentado de diciembre contra un mercadillo navideño de Berlín en el que murieron doce personas, han propiciado un intenso debate político sobre seguridad que va generando pautas de actuación. Así, en la madrugada del jueves al viernes, tras una dilatada sesión parlamentaria, el Bundestag (cámara baja) aprobó una serie de medidas de seguridad, entre ellas la instalación de más cámaras de vigilancia en espacios públicos, e incluso en los uniformes de la policía.
Entre los lugares donde las empresas privadas de seguridad podrán ahora instalar videocámaras con más facilidad figuran centros comerciales, aparcamientos, estadios y polideportivos, y trenes y autobuses, mientras que los agentes de policía podrán instalar pequeñas cámaras portátiles en su uniforme. Además, la policía federal tendrá la potestad de colocar sistemas de vigilancia que lean y documenten de modo automático las matrículas de los vehículos en las fronteras.
El Gobierno de coalición de democristianos y socialdemócratas, con la canciller democristiana, Angela Merkel, a la cabeza, arguye que con estas disposiciones se podrá proteger mejor a la población. El texto se basa en un paquete de propuestas sobre seguridad interior anunciadas el año pasado por los ministros de Interior, el democristiano Thomas de Maizière, y de Justicia, el socialdemócrata Heiko Maas. Pero la oposición, formada por Alianza 90-Los Verdes y el partido izquierdista Die Linke, criticó las medidas argumentando que laminan libertades fundamentales de los ciudadanos sin por ello garantizar mejoras en la seguridad pública.
En realidad, las autoridades de protección de datos de los länder deberán seguir revisando y autorizando las peticiones para instalar videocámaras –por ejemplo en unos grandes almacenes o en un gimnasio–, pero ahora estarán emplazadas a pensar más en términos de seguridad. De hecho, el texto incluye una modificación legal calificando de “especial interés” la protección de la vida, de la salud y de la libertad. Según algunos expertos, ese cambio dificultará en el futuro alegar el derecho a la privacidad para bloquear cualquier nueva medida de vigilancia.
Por otra parte, el Gobierno sufrió ayer un contratiempo cuando el Bundesrat (Cámara Alta) rechazó considerar “países seguros” a Argelia, Marruecos y Túnez, una calificación que formaba parte del plan de Merkel para acelerar el rechazo de las solicitudes de asilo de ciudadanos de esos países. La propuesta había pasado el trámite del Bundestag, pero ante las dudas suscitadas sobre el respeto a los derechos humanos en esos países, el pasado julio fue retirada del orden del día del Bundesrat –la cámara representativa de los länder– poco antes de que tocara celebrarse la sesión.
Ayer el texto regresó al pleno de la mano del land de Baviera, gobernado por los socialcristianos de la CSU, socios de la CDU de Merkel, y partidarios de endurecer las leyes de asilo. Pero no fue aprobado ante el voto contrario de los länder en cuyos gobiernos de coalición participan los Verdes o Die Linke. Estos partidos recordaron que en Túnez la homosexualidad está penada, que en Argelia los violadores que se casan con sus víctimas menores de edad quedan sin castigo, y que en Marruecos se persigue a quienes reivindican la independencia del Sáhara Occidental.