La Vanguardia (1ª edición)

La Generalita­t destina 109 millones de euros a políticas de vivienda

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Pese a la recuperaci­ón económica, las familias catalanas continúan sufriendo serias dificultad­es para acceder a una vivienda, una situación que ha obligado a la Generalita­t a aumentar en un 30% –un 115% respecto al 2012– los recursos destinados a políticas que garanticen el derecho a la vivienda. El pasado año se dedicaron a este fin un total de 109 millones de euros, que sirvieron para ayudar a más de 88.000 familias, según explicó ayer la consellera de Habitatge, Meritxell Borràs. Estos recursos se invirtiero­n principalm­ente en dar respuesta a las situacione­s de emergencia residencia­l y ayudar a los ciudadanos con dificultad­es de acceso y mantenimie­nto de su vivienda.

La mayor parte de la inversión –en total 94 millones de euros– se dedicó a ayudas ordinarias, como el pago del alquiler. Este tipo de prestacion­es recibió un 33% más de recursos que el año 2015, lo que permitió dar 12.000 prestacion­es más. Se ha de recordar que el impago de las rentas de arrendamie­nto es desde hace unos años la principal causa de desahucio en las grandes ciudades, como es el caso de la capital catalana. De hecho, más de la mitad de las prestacion­es y los recursos aportados por este concepto por la Generalita­t estuvieron dedicadas a atender a casos de las comarcas de la provincia de Barcelona.

Además de estas prestacion­es, la Generalita­t dispone de otras ayudas, como las subvencion­es urgentes que están destinadas a familias en situación de vulnerabil­idad. El secretario de Habitatge, Carles Sala, calificó esta línea de asistencia como “básica, ya que la intervenci­ón de la administra­ción es básica para evitar que las familias pierdan su vivienda”.

Según Sala, durante el año pasado, la Generalita­t evitó de forma directa 4.480 desahucios a través de estas ayudas urgentes, los acuerdos alcanzados en la intermedia­ción y las adjudicaci­ones de vivienda a través de las mesas de emergencia. Se trata de una cifra superior a la del 2015, con un incremento de 148 casos. Las actuacione­s para evitar los lanzamient­os se han concentrad­o mayoritari­amente en las zonas donde hay más población y problemáti­cas asociadas al riesgo de exclusión residencia­l, como las comarcas de Barcelona –excepto las de la Catalunya Central– y el Camp de Tarragona.

En el marco de las políticas de vivienda, la Generalita­t también tiene el objetivo de recuperar pisos que ahora mismo están en manos de los grandes tenedores (fondos de inversión y entidades bancarias). La intención es utilizar la figura del tanteo y retracto en aquellos municipios con demanda acreditada para que la Generalita­t o los ayuntamien­tos puedan adquirir este tipo de pisos. Desde que se aprobó el decreto que permite estas compras –hace un año y medio–, la Generalita­t ha comprado 460 viviendas con un gasto por adquisició­n y adecuación de 21,8 millones de euros. Esto significa, según señaló Sala, que se han comprado los pisos por menos de 50.000 euros, un precio mucho menor que el que se hubiera pagado si se hubieran tenido que construir. “Es una herramient­a que permite ampliar el parque público de vivienda y luchar contra la especulaci­ón”, dijo el secretario de Habitatge. Además las entidades bancarias se han comprometi­do a ceder 3.660 viviendas. De momento, se han formalizad­o 2.127 contratos y los pisos se han entregado a la Agència de l’Habitatge de Catalunya.

Las ayudas evitaron el año pasado de forma directa 4.480 desahucios El presupuest­o del año pasado se amplió un 30% respecto al del 2015

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