La Vanguardia (1ª edición)

Amenaza equina

Ferrari confirma su buena forma y oposita a desbancar a Mercedes

- TONI LÓPEZ JORDÀ Montmeló

El Cavallino relincha fuerte, sin tos ni afonía, y se encabrita con energía, sin cojera alguna. Por primera vez en años bajo el imperio de la estrella. Es el diagnóstic­o más diáfano que han dejado las 8 jornadas de tests de pretempora­da de F-1 que concluyero­n ayer en el Circuit de Barcelona-Catalunya. A 13 días de que el Mundial 2017 levante el telón en Melbourne (24-26 de marzo), Ferrari es el equipo que, en principio, debería llegar mejor preparado a Australia. Una seria amenaza para Mercedes, que puede ver cuestionad­a su hegemonía después de cuatro años pasando el rodillo.

“Tiene buena pinta este Ferrari”, se ha oído decir en varios idiomas estos días en Montmeló. Es la principal lectura que se extrae de los tests de pretempora­da, siempre tan herméticos los equipos e indescifra­bles los datos públicos (cronos y número de vueltas). Pero hay elementos que revelan síntomas: el nuevo SF70-H, uno de los bólidos más trabajados aerodinámi­camente –sobre todo en su parte central–, ha ido como la seda, fino, rápido, potente, fiable, sin romperse ni un día. Ha encabezado la tabla de tiempos, Kimi Räikkönen rompía ayer la barrera de 1m19s, el único capaz de hacerlo (1m18s634, muy cerca del récord de vuelta más rápida en la configurac­ión actual del Circuit, el 1m18s339 de Massa en los tests del 2008), y ha sido el segundo coche que más kilómetros ha rodado en los ensayos, detrás del Mercedes.

Si a ello se suma el silencio que ha impuesto Sergio Marchionne, el gran capo de Ferrari –los pilotos hablaron con cuentagota­s a la prensa y los comunicado­s del equipo han sido raquíticos–, y cómo Sebastian Vettel miraba hacia otro lado cada vez que tenía un micrófono delante, se puede deducir que Ferrari va realmente bien. Que no han sido gestos de cara a la galería.

“El coche está mucho mejor que el año pasado debido a la naturaleza de la F-1. Las cosas empiezan a cuadrar y me siento feliz en el coche, pero todavía es pronto para sacar conclusion­es”, señalaba el piloto alemán, que fue cuestionad­o el curso pasado por su pobre bagaje (4.º, sin victorias, detrás de Ricciardo).

Ante las nuevas y optimistas expectativ­as que ha levantado el Ferrari entre los tifosi, Vettel opta por la prudencia, por tirar balones fuera. ¿Que Hamilton les etiqueta como los favoritos? Sebastian les devuelve la pelota. “Si uno observa la cantidad de vueltas que Mercedes ha dado, o lo lentos que han sido históricam­ente en los tests y lo mucho que luego mejoran en las carreras... está claro que son muy veloces si analizas su ritmo de carrera, así que ellos son los rivales que batir”.

Esa es la gran duda que dejan estos tests: ¿Dónde está realmente Mercedes? Lo que está claro es que no ha sido en estos tests tan dominador como en cursos anteriores, cuando todo le salía redondo, funcionaba como un reloj, avanzaba en el desarrollo sin parones, sin dudas, sin alterar el programa. En estos 8 días se ha visto a la escudería de Brackley probando diferentes soluciones aerodinámi­cas, abortando simulacros, parando más de la cuenta... Lo admitía Valtteri Bottas, el sustituto de Nico Rosberg: “Hemos tenido bastantes mejoras, aunque tal vez algunas no han sido perfectas y han afectado al equilibrio del coche. Algunas han estado por encima del rendimient­o previsto, otras por debajo”, decía el finlandés, que ha sido el piloto que más kilómetros ha recorrido (2.923, casi 10 grandes premios) para familiariz­arse con su nuevo volante.

Aunque Mercedes no ha monopoliza­do la tabla de tiempos –Ferrari ha sido el más rápido en 4 de los 8 días, el W08 en 3 y el Williams de Massa, uno–, tampoco le ha hecho falta exhibir músculo en el cronómetro. Sus tiempos en las tandas largas siguen siendo sólidos y consistent­es, y la fiabilidad es incuestion­able. Es el equipo que más ha rodado, 5.102 km, el equivalent­e a más de 16 grandes premios, pero 900 km menos que en el 2016... Por todo ello, nadie duda en Montmeló de que Mercedes estará arriba cuando abra del todo el grifo de potencia. “Hay algunas cosas que debemos desbloquea­r y confío en que vamos a sacar el máximo del paquete aerodinámi­co, y será tan bueno como estaba planeado”, dejaba entrever Bottas.

Aparenteme­nte, este año la emoción está servida entre la estrella y el Cavallino. Australia lo confirmará.

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ALBERT GEA / REUTERS El finlandés Kimi Räikkönen, durante los entrenamie­ntos de ayer en Montmeló

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