Érase una vez en un garaje...
Hemav nació en el 2012 amparada por la ESA y ya es la mayor empresa de drones en España
Muchas grandes historias de emprendedores empezaron en un garaje. Esta comenzó en uno de Molins de Rei en el 2012, donde unos estudiantes de ingeniería aeronáutica daban forma a su proyecto de final de carrera. Ahora Hemav es la mayor empresa española de servicios con drones: facturó 1,6 millones en el 2016 –“somos al menos diez veces más grandes que el siguiente competidor”– y este año prevén 5 millones.
“De pequeño, yo quería hacer una empresa de cohetes”, explica Xavi Silva, que es cofundador y actual codirector general. “Esta es mi historia, pero cada uno de nosotros tiene la suya aquí”, explica. El padre de Carlos Ferraz, otros de los socios, tiene 200 hectáreas de campo en Huesca, y más de 1.000 ovejas. Silva y Ferraz pensaron en un proyecto de dron para la agricultura. Cuando el proyecto se convirtió en empresa, a finales de 2012, eran cinco ingenieros aeronáuticos (Silva, Ferraz, David Riera, Gil Sala y Toni Mas), un ingeniero industrial (Alex Gomar) y un experto en diseño (Pau Mateo). Ninguno de ellos tiene aún 30 años.
Hoy Hemav emplea a 70 personas. Tiene sede en Castelldefels, en el campus de la UPC, adonde llegaron en junio del 2014 como primera empresa incubada por la Agencia Espacial Europea (ESA). En el 2015 abrieron oficina en Madrid.
Ganar el programa Empenta de Esade para acelerar empresas les ayudó a “estudiar el mercado y centrarnos”. La apuesta que hicieron entonces, “cuando nadie hablaba aún de drones”, ha resultado ser la que confirman las grandes consultoras de negocio: “Decidimos dar servicio al sector audiovisual para empezar a facturar, pero invertir en dar valor añadido a la inspección industrial y a la agricultura con el procesamiento de datos que obtenemos con los drones”, con Codorníu y Endesa como primeros clientes.
Ahora la división agrícola cuenta con 12 concesionarios en España, uno en Marruecos, y está abriendo
La firma, especializada en agricultura e inspección industrial, facturará 5 millones y aspira a ser líder global
en Francia, Portugal y Latinoamérica. La división industrial trabaja para todas las eléctricas en España, y está abriendo en Brasil, México, y mirando a Europa. Hemav tiene otra línea de cartografía y geomática. Y lo que empezó como formación para los propios pilotos de drones es ahora una escuela por la que pasan 20 alumnos al mes, y que empezará a impartir cursos en Madrid y Lleida.
Cuandocrearonlaempresa,cada socio aportó unos 3.000 euros “para el material; estuvimos mucho tiempo en el garaje, ¡sin cobrar!”. En el 2014 consiguieron 450.000 euros, por el 15% del capital, a través de una ronda de financiación en Crowdcube. A finales del 2016 entró el fondo holandés Scranton (participado por el family office de los Grífols), en una ronda de 3 millones para empujar la internacionalización de la empresa.
“Hay otras empresas, en Estados Unidos o Europa, pero ninguna es global. Este mercado acaba de nacer, y tenemos ambición: queremos ser los más grandes”, dice Silva.