Futbolizar la vida
A falta de grandes líderes sociales, los deportistas se han convertido en los héroes del siglo XXI. Los futbolistas ocupan un lugar preferente en la lista de personas ilustres y admiradas, al menos en España. Su capacidad para influir en todos los ámbitos de la vida es asombrosa. En aspectos tan serios como la natalidad, por ejemplo.
“Esta noche habrá mucha gente que hará el amor”, vaticinó Gerard Piqué tras el épico partido del Barça contra el PSG. Quizás tenga razón. Algunas personas necesitan un estímulo exterior para practicar sexo. La euforia derivada de la victoria de tu equipo de fútbol puede cultivar sensaciones hedonistas que resultan en celebraciones íntimas y, como consecuencia, provocar un aumento de embarazos. No me lo invento yo. Son las conclusiones de una investigación publicada el 2013 en la revista científica British Medical Journal que analiza las repercusiones sobre la natalidad del gol de Iniesta en Stamford Bridge. El estudio afirma que la hazaña del culé provocó un aumento de la natalidad del 16% en Catalunya. Si la historia se repite o no, lo veremos dentro de nueve meses.
En todo caso, cuesta encontrar otro fenómeno que despierte pasiones colectivas en la medida que lo hace el fútbol. Sus efectos llegan hasta la política. No hay más que ver los mensajes difundidos en redes sociales por algunos representantes públicos. El president de la Generalitat, Carles Puigdemont, incluso ha vinculado la victoria azulgrana con una eventual independencia de Catalunya. “Es la victoria de la fe”, decía Luis Enrique, entrenador del Barça. Aunque el Barcelona no ha triunfado sólo por una cuestión de actitud ganadora. Influyen tantos otros factores... y los reduccionismos son peligros. Pero la vida se está futbolizando y lo que se llevan son los mensajes sencillos y épicos.