Disturbios en París por la muerte de un chino a manos de la policía
Pekín exige a Francia que aclare lo sucedido y proteja a sus ciudadanos
La muerte a manos de la policía de un padre de familia chino en París, tiroteado en su casa en circunstancias ambiguas, ha provocado disturbios violentos frente a una comisaría, con tres agentes heridos y 35 detenidos, y una protesta oficial de Pekín.
Shaoyo Liu, de 56 años, murió por un tiro en el pecho el domingo por la noche cuando tres agentes acudieron a su domicilio, en el distrito XIX (norte de París) tras recibir una denuncia de disputa doméstica. La familia niega la versión policial, según la cual atacó a los agentes con unas tijeras y estos actuaron en legítima defensa.
El caso ha soliviantado a la comunidad china, que suele quejarse de la pasividad policial ante los ataques racistas de los que es víctima. La noche del lunes, 24 horas después del desgraciado suceso, 150 personas se congregaron ante la comisaría del distrito. La protesta se caldeó. Con gritos de “asesinos”, arrojaron objetos a los antidisturbios, volcaron contenedores de basura y dañaron algunos vehículos. Los enfrentamientos se saldaron con tres agentes heridos y 35 detenidos. Ayer hubo una nueva manifestación ante la comisaría para pedir justicia y la liberación de los detenidos.
La indignación ha llegado a Pekín, con una protesta del Gobierno chino. En un gesto inusitado, una portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores exigió que se arroje “toda la luz” sobre el caso y “medidas eficaces para proteger la seguridad, los derechos y los intereses legítimos de los ciudadanos chinos”. El Gobierno francés respondió en un comunicado que “la seguridad de todos los ciudadanos extranjeros es una prioridad” y subrayó que se han tomado “medidas reforzadas en los últimos meses”.
Hay una investigación en curso para esclarecer qué ocurrió en casa de los Liu. Según los agentes, un vecino llamó a las 20 horas para denunciar que “un individuo estaba amenazando a gente con unas tijeras”. Al llegar, vieron a Liu en el balcón, que los insultaba. Oyeron gritos y lloros dentro del piso. “Nada más abrir la puerta”, Liu se precipitó con unas tijeras sobre un policía, que sólo fue herido levemente gracias al chaleco antibalas. Fue entonces cuando otro agente abrió fuego.
La familia de Shaoyo Liu, padre de cinco hijos de entre 15 y 21 años, cuenta otra historia. “La policía estaba intentando abrir la puerta con una palanca y el padre estaba detrás. Llevaba tijeras porque estaba descamando pescado para la cena”, aseguró el abogado, Calvin Job. Una hija explicó al diario Le Parisien que su padre, que apenas hablaba francés, les dijo que no abrieran la puerta y que tenían miedo porque los agentes no llevaban uniforme e iban armados. “Les grité que se calmaran, pero no sirvió de nada. Mi padre sacó las tijeras. Echaron la puerta abajo y oí un tiro y entonces ya no vi más a mi padre. Estaba en el suelo”, relató. La bala le había impactado en el pecho.
En el 2012, Liu fue admitido en la enfermería psiquiátrica de la prefectura de la policía, tras una denuncia de vecinos por problemas de convivencia, pero “no tenía antecedentes psiquiátricos mayores”, según la policía.
Francia tiene la mayor comunidad china de Europa, la mayoría personas llegadas en la década de los ochenta. “Son víctimas de actitudes racistas en Francia, especialmente de otros grupos étnicos como los árabes. Son objetivo de los criminales porque suelen llevar dinero en metálico y muchos no tienen papeles. Consideran que la policía no les protege”, dice Pierre Picquart, de la Universidad de París VIII. El pasado septiembre, la muerte de un sastre chino apaleado por jóvenes en la banlieue movilizó a la comunidad asiática, con una gran marcha en París para exigir más seguridad.
La policía asegura que Shaoyo Liu atacó a un agente con unas tijeras; la familia lo niega y dice que estaba cocinando