Vendida por 4 millones la casa de Mario Conde en Pollensa
Mario Conde ha perdido finalmente uno de sus bienes más preciados. La popular finca de Can Poleta, embargada por orden judicial, ha dejado de ser propiedad del exbanquero, que no ha podido conservarla pese a sus intentos por seguir disfrutando de su casa favorita. La finca mallorquina, que le sirvió de refugio junto a su esposa Lourdes Arroyo, ha sido adquirida en una subasta por un ciudadano suizo, que permanece en el anonimato, que ha desembolsado más de cuatro millones.
Según los datos catastrales, la finca, ubicada en Pollensa y una de las más exclusivas de Baleares, dispone de 91.600 m2 distribuidos en cuatro parcelas, de las que una es aún edificable. La vivienda principal tiene 800 m2 y cuenta con 11 dormitorios y 11 baños. La finca incluye una casa de invitados anexa.
A pesar de que la casa está plagada de recuerdos personales para Mario Conde, quien la adquirió a su suegro en 1982, también ha sido durante años objeto de numerosas polémicas y controversias. Según la Audiencia Nacional, el empresario cometió un delito de alzamiento de bienes para evitar pagar las deudas de la propiedad. El año 2002, la vendió a una sociedad que en realidad estaba vinculada a su entorno familiar. Además, unos pagos hechos en una sucursal bancaria de Pollença fueron decisivos para dictar su ingreso en prisión.
El cambio de propiedad, pese a hacerse público ahora, se materializó hace pocos meses. Una agencia inmobiliaria especializada en propiedades de lujo se encargó de todas las gestiones cuando salió a subasta por 4.175.000 euros. Sólo hubo una oferta.