La Fundació Brossa tendrá un espacio expositivo en el Born
El nuevo equipamiento estará conectado con teatro La Seca
Pocos días antes de su muerte, en diciembre de 1998, Joan Brossa le confesó a su amigo Vicenç Alatió: “La muerte hace justicia. Imagínate que se pudiese comprar la vida: los malvados no morirían nunca”. Al poeta no le inquietaba tanto el final que veía cerca como que su obra acabara en el olvido. Y no le faltaban motivos, porque como recordaba ayer otro de sus amigos, Hermann Bonnín, “este país tiene poca memoria”, lo que en su caso significa un “flagrante maltrato”. Y lo cierto es que una figura como la suya, cuyo mundo plural y poético, mágico y subversivo, libre y libertario, ha marcado a varias generaciones de creadores, está aún muy lejos de gozar del reconocimiento que sin duda merece.
Brossa habría cumplido en este 2017 98 años. Y en lo que parece un acción brossiana, la renovada Fundación que lleva su nombre –el poeta y agitador cultural Vicenç Altaió ha tomado el relevo del compositor Josep Maria Mestres Quadreny–, se adelanta dos años a la celebración del centenario activando una relectura de su obra mediante un amplio programa de actividades que en los próximos meses implicará a una decena de equipamientos de la ciudad, desde el Macba al TNC, pasando por la Tàpies o la Miró. Pero acaso la noticia que le habría hecho más feliz a Brossa, y que permitirá que su legado permanezca vivo de forma permanente, es la apertura en el 2018 de la nueva sede de la Fundación en La Seca II, un espacio situado en la antigua casa de la moneda de Barcelona que se conectará con la actual La Seca Espai Brossa, teatro situado en la calle Flassaders en el Born, que dirigen el propio Bonnín junto a Jesús Julve.
El nuevo Espai Joan Brossa incorporará a su actual actividad escénica un centro expositivo, aunque ambos tendrán vida independiente y puntualmente realizarán actividades de forma coordinada. Altaió, que no quiso desvelar más detalles del proyecto –será objeto de una próxima presentación por parte del Ayuntamiento–, avanzó, eso sí, la próxima creación del Centre d’Estudis Joan Brossa, que entre otros editará sus dos poemarios inéditos, Gual permanent y Mapa de lluites, acabará de reeditar su poesía y su poesía escénica completa y elaborará el catálogo razonado de la obra visual del artista.
En el 2011, y debido a la asfixia económica que padecía, la Fundació Joan Brossa cerró el espacio de exposición permanente que tenía en la calle Provença y depositó el legado del poeta, junto al que poseía el Ayuntamiento (más de 60.000 objetos en total), en el Macba. Tras una titánica labor de catalogación e investigación, el Macba presentará en septiembre Poesia Brossa, un gran exposición que tendrá como comisarios a Teresa Grandas y Pedro G Romero, encargados de releer su figura y, como señalaba ayer Ferran Baremblit, “de dar un paso hacia delante sobre lo ya hecho”. La exposición será la culminación de lo que se ha venido en llamar Epicentre Brossa, una iniciativa del propio Macba y el TNC, con la que se quiere dar a conocer su faceta más performativa. El grueso de la programación tendrá lugar en el TNC, donde se mostrará la instalación de Cabosanroque No em van fer Joan Brossa, que deslumbró en Temporada Alta, y entre otras se estrenará una nueva creación del uruguayo Sergio Blanco, uno de los nombres más destacados de la nueva generación de dramaturgos, a partir de Joan Brossa, o una nueva mirada a su obra a cargo de Carles Santos y Jordi Oriol.
Vicenç Alatió releva a Josep Maria Mestres Quadreny en la presidencia de la fundación del poeta