Frenazo a la funeraria municipal de Barcelona
Pisarello estrena alcaldía accidental retirando uno de sus planes estrella para evitar una derrota
La prensa argentina recoge estos días de que un compatriota suyo es alcalde de Barcelona. Pero el estreno de Gerardo Pisarello como alcalde accidental fue aciago. El pleno de ayer fue un duro golpe para el gobierno de BComú y PSC. El alcalde accidental Pisarello tuvo que retirar del orden del día los dos puntos referidos a la fundación de una funeraria pública, a uno de los proyectos estrella de Colau y los suyos, a uno de los buques insignia de la cacareada remunicipalización de servicios. Pisarello no tuvo otro remedio. La oposición estaba dispuesta a tumbar la iniciativa. Todos los concejales entienden que la administración local ha de propiciar que los ciudadanos disfruten de unos costes funerarios inferiores a los actuales. Pero no comparten la estrategia del gobierno, ni tampoco sus maneras, como dirigirse a las empresas del sector sólo por carta. Se trata de uno de los varapalos de este mandato.
Además, el resto de grupos tampoco tuvo reparos en ensañarse con la gestión del gobierno de las obras de las Glòries. Una vez más la oposición se mostró contraria al freno a los trabajos decretado por el gobierno. El intercambio de reproches, especialmente entre el exalcalde Xavier Trias y la actual responsable de Urbanismo, Janet Sanz, fue muy tenso. Pisarello intentó superar estos trances adoptando los aires institucionales de los que suele hacer gala la propia Colau, dejando a un lado esa actitud relajada a veces tildada de displicente, con una camisa celeste clásica y una americana oscura en lugar de uno de sus jerséis. Todos lo miraban de reojo tras su último rifirrafe con la demócrata Sònia Recasens en la última comisión de Economía, luego de que la concejal se negara a proseguir su intervención hasta que Pisarello dejara de mirar su teléfono y le hiciera caso. “Usted vaya haciendo –le dijo entonces Pisarello–, que yo le hago caso”. El grupo Demòcrata le pidió de manera oficial que guardara más respeto ante las intervenciones del resto de ediles. Pisarello reconoció ayer que no estuvo acertado.
Pero el encargado de dar cuenta de la retirada del orden del día de los dos puntos referidos a la fundación de una funeraria municipal fue el concejal de Presidencia, Eloi Badia. En los pasillos de Sant Jaume acusó a los ediles de la oposición, sobre to-
do a los de ERC y de la CUP, de dejarse llevar por intereses partidistas que perjudiquen a la ciudadanía. Al parecer está “perplejo”. A pesar de ello, Badia se mostró confiado en que las negociaciones seguirán estas semanas y que las tornas cambiarán en el próximo pleno . El problema es que el resto de grupos no comparte las medidas concretas con las que el gobierno pretende llevar a cabo su remunicipalización: vender al grupo Mémora su participación del 15% de Serveis Funeraris de Barcelona –en estos momentos Mémora tiene el 85% de esa compañía– y con los beneficios montar una nueva empresa.
El portavoz del grupo Demòcrata Joaquim Forn subrayó, también en los pasillos, que “esta nueva derrota del gobierno responde a su soberbia y a su incapacidad de escuchar, de alcanzar consensos y de construir mayorías para sacar adelante un proyecto y un objetivo que podemos compartir”. Forn agregó que “los grupos están poniendo alternativas sobre la mesa. Hace unos días el gobierno nos decía que la recuperación de concesiones que le proponíamos no era posible, y ahora nos explican que sí que lo es. Pero insisten en enrocarse”. La republicana Trinitat Capdevila también criticó las estrategias del gobierno. “Si montan una empresa con apenas seis velatorios únicamente conseguirán que los precios se encarezcan –aseguró Capdevila–. Lo que tiene que hacer el Ayuntamiento es hacerse con la mayor parte de Serveis Funeraris de Barcelona”. La republicana recriminó al gobierno que no se haya reunido con los responsables de Mémora, que únicamente se haya dirigido a la empresa por carta.
El popular Alberto Fernández agregó que todo lo ocurrido ayer es fruto “del electoralismo y la precipitación con la que está actuando el gobierno”. El sector privado, no obstante, se mostró partidario de abrir un diálogo con el Ayuntamiento
EL DETONANTE La teniente de alcalde Janet Sanz encendió al exalcalde cuando sacó a colación la trama del 3%
que propicie un nuevo modelo funerario. Fuentes de Mémora señalaron la necesidad de modernizar las ordenanzas que rigen el sector, y desde Àltima, el otro operador, agregaron que “seguimos abiertos a establecer un diálogo con la voluntad de incrementar la com- petencia en beneficio del ciudadano. El proyecto del Consistorio presenta muchas carencias”.
El discurrir del pleno estuvo marcado por el debate sobre la rescisión del contrato de las obras de las Glòries. Los argumentos de los diferentes partidos ya eran conocidos pero, cuando parecía que estaba todo dicho, se produjo una agria discusión. La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, criticó que la oposición “no plantee alternativas” y sacó a escena a Antoni Vives, que ocupaba su cargo durante el mandato de CiU y que fue detenido
en el marco de la trama del 3%. “¿No se le cae la cara de vergüenza sabiendo que su exteniente de alcalde fue detenido y el contrato de las obras de las Glòries está siendo investigado por la posible financiación de su partido?”, inquirió Sanz directamente al exalcalde Trias. Acto seguido le preguntó si “pondría la mano en el fuego” por Vives.
Trias evitó mojarse por el que había sido uno de los hombres fuertes de su gobierno pero sí que tomó la palabra para calificar las acusaciones de “vergüenza e indecencia”. El líder del grupo Demòcrata, visiblemente alterado por las acusaciones recibidas, consideró que la actitud de los comunes era “una nueva forma de hacer política que da asco”. Recordó antiguas acusaciones que luego resultaron falsas, como que guardaba dinero en Suiza, y apuntó que si algún día deja el Ayuntamiento “será por culpa de esa nueva manera de hacer política. Los que tenemos cierta edad hay cosas que no deberíamos aguantar”, zanjó Trias.
Más allá del rifirrafe, el debate sobre las Glòries demostró que la paralización de las obras no cuenta con el apoyo de ningún grupo de la oposición. El grupo Demòcrata, ERC, Ciutadans y el PP consiguieron sacar adelante las propuestas en las que piden que se rectifique la decisión tomada aunque BComú y el PSC votaron en contra de todas ellas. También salió adelante el texto de Ciutadans, que iba un paso más allá y consiguió la abstención del gobierno municipal. Los de Colau coinciden con la formación naranja en que es necesario abrir una investigación que determine responsabilidades. De todas formas, Sanz dejó claro que están dispuestos a mantenerse en sus treces: las obras de las Glòries se paran.
LA REACCIÓN Xavier Trias acusa a los comunes de “una nueva forma de hacer política que da asco”