UN BARÇA CENTRADO GANA AL ESPANYOL (0-3)
REAL MADRID, IN EXTREMIS, Y FC BARCELONA MANTIENEN LA PUGNA POR LA LIGA
El campeón mantiene el pulso en la Liga en su cuerpo a cuerpo con el Madrid. El Barça conquistó Cornellà gracias a una primera parte de desgaste y una segunda mitad resolutiva. No completó una actuación majestuosa, pero sí suficiente para doblegar a un Espanyol combativo y competitivo que se batió como un titán mientras las fuerzas le aguantaron y el marcador no se desniveló. En uno de esos partidos que hasta que se descorchan son un sudoku, el Barcelona se abrazó a la suerte de meter el primer gol gracias a un error monumental de Jurado. Va a soñar mucho tiempo con su asistencia hacia su propia portería, bien aprovechada por Luis Suárez, que rompió su sequía por partida doble. Porque el uruguayo también cerró el resultado al rentabilizar otro fallo morrocotudo, en esta oportunidad de Aarón. Entre los dos regalos, Messi hizo una jugada de maestro para darle el tanto hecho a Rakitic. Quedan tres jornadas (cuatro para el Madrid), y el Barça continúa líder. Sigue esperando un pinchazo blanco, pero anoche solventó un compromiso espinoso con solvencia, aunque el Espanyol, que se queda sin opciones de séptima plaza, no mereció un revés tan abultado.
El Barcelona se jugaba mucho más que el Espanyol. El Madrid había ganado, y necesitaba el triunfo como el comer. Pero quien entró mejor en el encuentro fue el equipo de Quique Sánchez Flores. Como si todavía resonaran en la mente de los jugadores las palabras del técnico blanquiazul, sus pupilos salieron a comerse el césped. Intensidad, presión, ritmo e intención. Ante estas coordenadas, el conjunto blaugrana debía serenar el juego para tranquilizar a la fiera que tenía delante, pero los barcelonistas se precipitaban, lo que hacía más sencillo el trabajo de contención de David López y de Diego Reyes, o de los guardaespaldas de la medular: Víctor Sánchez y Javi Fuego. Sólo cuando la pelota caía en los pies de Messi se intuía que el Barcelona podía generar peligro.
Aunque para susto el que se llevó Ter Stegen en una combinación entre Caicedo y Jurado. El centrocampista se plantó solo ante el portero alemán, pero falló un gol cantado al cruzar demasiado su remate. El andaluz, a su pesar, fue el protagonista blanquiazul por esa ocasión perdida y por lo que vendría mucho después. El Barça estuvo muy cerquita de empezar tan mal como en Turín y París, pero el Espanyol no acertó en esa acción, la más clara que tendría en todo el encuentro. Claro que el conjunto de Luis Enrique no se hartó ni mucho menos de fabricar ocasiones hasta el descanso. De hecho, ninguno de los dos equipos chutó entre palos en la primera mitad. Un tiro de Neymar desviado por un defensa tras acción de fantasía de Messi y un cabezazo de Sergi Roberto que se estrelló en el lateral de la red fueron las acciones más reseñables del Barça en esa fase. Demasiado poco. Una buena noticia para un entusiasta Espanyol y negativa para los barcelonistas.
UNA ACCIÓN CLAVE Suárez rompió su sequía al aprovechar un grave error de Jurado y ya todo fue de cara para el Barcelona CUESTIÓN DE CLASE El conjunto blanquiazul se mostró combativo hasta que la mayor calidad blaugrana decidió
No estaba el lesionado Iniesta, y su sustituto, André Gomes, se mostró más aseado que en anteriores oportunidades. Pero no había manera de que el juego blaugrana adquiriera profundidad. El escenario, con un Espanyol aplicado y concentrado, requería un juego quirúrgico del Barça. Se necesitaba precisión para encontrar un hueco, pero Neymar sólo esbozaba jugadas sin acabar casi ninguna. El panorama era incómodo para el Barça, pero todo cambió en la reanudación con el 0-1. De la manera más estúpida, el Espanyol, por mediación de Jurado, regaló un gol al Barcelona. Luis Suárez no perdonó, le dijo muchas gracias a su rival y batió por abajo a Diego López.
Era el primer chut bien dirigido de todo el partido y el Barça había tirado de fortuna, por cómo fue el gol, y de precisión para ponerse por delante. Al abrigo de esta renta, los de Luis Enrique mejoraron sus prestaciones y sus combinaciones. Intentó el Espanyol reaccionar a base de orgullo, y su entrenador ordenó la entrada de Baptistão y Hernán Pérez, pero ya siempre estuvo más cerca el segundo tanto barcelonista que el empate. Lo tuvo Neymar, pero su disparo lo desvió con una fenomenal parada Diego López. En el otro área, Jurado intentaba enmendar su pifia, pero Ter Stegen también decía presente para detenerle. El Espanyol quería ganar metros, pero eso provocaba más espacios a su espalda, y cuando se trata de leer el partido nadie mejor que Messi. El argentino se mete en tres cuartos de campo a la espera de que le venga una pelota en condiciones y, cuando la tiene, comienza a acelerar. Así llegó la jugada del segundo tanto. En una arrancada Leo se marchó de Víctor Sánchez, rompió líneas y asistió para Rakitic. El croata, como hace una semana en el Bernabeu, dio en la diana para rubricar la sentencia. Se calló el público, mustio por el desenlace, y el Barça salía de un campo exigente manteniendo sus opciones bien vivas. Para rematarlo, Suárez ponía el 0-3. No podía fallar el Barcelona y no lo hizo.