La UE aprueba en minutos las condiciones del Brexit
Los Veintisiete cierran filas y envían un mensaje de unidad al Gobierno británico
Los líderes de la UE aprobaron en menos de cinco minutos las condiciones del Brexit con tres exigencias en un mensaje de cohesión.
Cuatro minutos escasos necesitaron ayer los líderes europeos para aprobar las directrices negociadoras del Brexit y regalarse a sí mismos un aplauso que debió de resonar hasta el número 10 de Downing Street de Londres, desde donde la unidad demostrada hasta la fecha por la Unión Europea ante la negociación de su divorcio se interpreta como una clara muestra de hostilidad.
“No hay ninguna conspiración contra los británicos. Fueron ellos los que celebraron un referéndum y decidieron irse”, replicó ayer la canciller alemana, Angela Merkel, que esta semana lanzó un jarro de agua fría sobre el Gobierno británico, al que acusó de vivir en un mundo de ilusiones sobre el Brexit. “Que nosotros, los Veintisiete, hablemos con una sola voz es la cosa más natural del mundo, pero eso no significa que vayamos en contra de los británicos”, replicó a las críticas de su colega británica, la primera ministra Theresa May.
Un mes después de que Londres activara el artículo 50 del tratado de la Unión y lanzara oficialmente las conversaciones de divorcio, los líderes de los otros 27 países de la UE se reunieron en Bruselas para acordar las directrices negociadoras. “Antes de hablar del futuro, debemos resolver nuestro pasado”, resumió el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
Los Veintisiete plantean la negociación en dos fases. En la primera etapa, quieren hablar de los derechos futuros de los ciudadanos afectados directamente por el Brexit (europeos que viven en el Reino Unido y británicos en el continente, 4,4 millones de personas en total), de la factura pendiente por dejar el club (pagos pendientes al presupuesto, entre otros, hasta 60.000 millones de euros) y la situación de la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda.
Cuando los líderes europeos consideren que hay “progresos suficientes” en estas tres áreas, se podrá pasar a hablar del futuro marco de relación entre el Reino Unido y la UE, no antes. El texto no pone una condición concreta, lo que deja la puerta abierta a una interpretación generosa por parte de los Veintisiete, pero el planteamiento choca con las pretensiones de Londres, que aspira a negociar en paralelo sobre el pasado y sobre el futuro.
“Soy pesimista”, admitió el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, al dar cuenta ayer a los líderes europeos de la cena mantenida el jueves con May en Londres. En público, dijo que la comida fue excelente, pero a puerta cerrada confesó a los Veintisiete su sensación de que el Gobierno británico “vive en otro planeta”, explicaron fuentes diplomáticas. Londres tiene ideas diferentes sobre los derechos de los ciudadanos, sobre la factura del Brexit y el planteamiento de la negociación, avisó.
El riesgo de un “choque de trenes” existe, apunta un diplomático europeo, en referencia a la posibilidad de que los desacuerdos sean tan grandes que el Reino Unido se vaya de la UE en dos años a las bravas, sin haber cerrado un acuerdo de divorcio.
La decisión de Londres de bloquear esta semana la revisión del presupuesto comunitario ha contribuido
Tras verse con May, Juncker se confiesa “pesimista”sobre la posibilidad de un Brexit pactado
a tensar las relaciones con el resto de los socios. “Sería bueno y facilitaría el inicio de las negociaciones si el Reino Unido levantara su objeción” a la revisión del presupuesto comunitario, pidió Juncker en rueda de prensa. Sin llegar al filibusterismo, reconocen fuentes diplomáticas, los vetos británicos y la participación de Londres en decisiones de la UE que sólo tendrán efecto cuando ya no esté en el club han puesto en alerta a los Veintisiete sobre lo difícil que será la convivencia durante los dos años que se prevé que duren las conversaciones de divorcio.
El comienzo de las negociaciones pondrá a prueba en unos meses la unidad europea. Hay países, como Holanda, Irlanda y Dinamarca, con estrechos lazos comerciales con el Reino Unido, que tienen especial interés en pasar cuanto antes a la segunda fase de las negociaciones, aunque ayer no quisieron romper la unidad existente alrededor de la mesa del Consejo y no plantearon sus reivindicaciones. Acomodar los diferentes intereses no será fácil cuando se hable de cubrir el agujero en el presupuesto comunitario que dejará Londres o algunos pidan acuerdos especiales para el sector del automóvil, por ejemplo. Las próximas reuniones sobre el Brexit “no serán tan tranquilas y comedidas” como la de ayer, vaticinó el primer ministro irlandés, Enda Kenny.
Las directrices negociadoras del Brexit coinciden con Londres en el
objetivo de, en el futuro, “mantener una relación estrecha”, con lazos que vayan “más allá del comercio”, pero dejan claro que “la relación con un país que no es Estado miembro no puede ofrecer las mismas ventajas que la adhesión a la Unión”. “Siempre va a conllevar un precio que pagar, siempre va a haber costes, consecuencias de abandonar la Unión”, resumió el presidente francés, François Hollande, en su última cumbre europea, con la vista puesta en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas.
La convocatoria de elecciones anticipadas en el Reino Unido ha retrasado en un par de semanas el comienzo de las negociaciones en sí. Los Veintisiete llevan semanas lanzando mensajes a Londres para que asuma que serán ellos y no el Gobierno británico quien fije los términos de las conversaciones del Brexit. Las negociaciones van a ser “duras y por momentos incluso beligerantes”, señaló ayer desde Londres el negociador jefe del Brexit, David Davis.
Tusk urgió a los Veintisiete a mantenerse unidos en los meses que vienen. “Nuestra unidad va también en interés del Reino Unido”, afirmó, ya que sin un acuerdo entre ellos no podrá haber acuerdo final con Londres. “Es posible que el Gobierno intente separarnos. Debemos evitar caer en esa trampa”, advirtió el primer ministro de Bélgica, Charles Michel.
La Comisión Europea se ha encargado en las últimas semanas de desminar el terreno buscando soluciones a tres problemas concretos que podían enredar el ambiente de las negociaciones. Se ha llegado a un acuerdo para la colaboración de Dinamarca con Europol, ha encontrado una solución para los problemas entre Croacia y Eslovenia por los controles fronterizos y Juncker ha mediado para evitar que el contencioso entre España y Portugal por el almacén de desechos nucleares de Almaraz acabara en tribunales.