El amor os hará libres
Concluye en paz la delicada visita del Papa a Egipto, que regala un éxito a Al Sisi
En la misa para la comunidad católica de Egipto, el Papa defiende el camino de la paz para evitar el fanatismo y hace un llamamiento no sólo a los cristianos de Oriente Medio, sino a la mayoría musulmana de esta convulsa región.
Francisco concluyó ayer, sin sobresaltos, en paz, su delicada visita a El Cairo. En la misa para la comunidad católica, el Papa reiteró su llamamiento a la paz y a evitar el fanatismo. De hecho, sus palabras iban dirigidas más allá de los 15.000 fieles que, según los cálculos del Vaticano, acudieron a la ceremonia. Su audiencia real eran todos los cristianos de Oriente Medio y también la mayoría musulmana en la región.
“No tengáis miedo de amar a todos, amigos y enemigos”, afirmó Jorge Mario Bergoglio durante la homilía en la celebración eucarística que reunió a los coptos católicos –y otros cristianos– en un estadio de un complejo militar en El Cairo.
La segunda y última jornada de estancia de Francisco en Egipto tuvo un carácter más netamente espiritual, después de que el viernes, en la universidad islámica Al Azhar y ante las autoridades del país del Nilo, el Pontífice lanzara un mensaje con resonancias políticas.
Según Francisco, “la fe verdadera es aquella que nos hace más caritativos, más misericordiosos, más honestos y más humanos, es aquella que anima a los corazones a amar a todos gratuitamente, sin distinciones ni preferencias”. “A Dios le gusta sólo la fe profesada con la vida, porque el único extremismo admitido para los creyentes es el de la caridad”, recalcó Bergoglio en una liturgia en la que se alternaron italiano, árabe, latín, francés e inglés.
Con el trasfondo de la violencia de los extremistas islámicos contra los cristianos, como dejó patente del doble atentado del pasado Domingo de Ramos, Francisco exhortó a los asistentes a que regresaran a su vida cotidiana, a sus familias, a su trabajo, “con coraje y fe”. “No tengáis miedo de abrir vuestro corazón a la luz del Resucitado y dejad que él transforme vuestra incertidumbre en fuerza positiva para vosotros y para los demás”, les dijo, para luego concluir con una afirmación contundente: “No tengáis miedo de amar a todos, amigos y enemigos, porque en el amor vivido está la fuerza y el tesoro del creyente”.
La misa se celebró en el estadio Air Defense, una instalación de la Fuerza Aérea egipcia, a unos veinte kilómetros del centro de El Cairo, en el que se juegan partidos de la primera división de fútbol. En este estadio se produjo un sangriento enfrentamiento entre espectadores y la policía, en el 2015, que dejó 22 muertos. Más tarde el Papa almorzó con los obispos egipcios y, antes de regresar a Roma, mantuvo un encuentro con el clero.
Los aledaños del estadio estaban tomados por la policía y el ejército. No se quiso correr ningún riesgo. Varios helicópteros artillados sobrevolaron la zona.
Los coptos católicos –unos 200.000 en todo Egipto– comparten con los coptos ortodoxos la liturgia alejandrina (originalmente en lengua griega, aunque ahora predomina el árabe). Como en las demás iglesias orientales fieles a Roma, los sacerdotes coptos católicos pueden ser hombres casados. Otras comunidades católicas egipcias aún más minoritarias son los melquitas, los maronitas, los armenios, los sirio-católicos y los caldeos, un riquísimo mosaico de ritos y tradiciones, espejo de la diversidad de Oriente Medio, que los fundamentalistas islámicos se empeñan en aniquilar.
Para el presidente egipcio, Abdel Fatah al Sisi, la visita de Francisco significa un éxito político. Juan Pablo II, en el 2000, fue el primer pontífice en pisar tierra egipcia, un año antes de los atentados del 11-S. Pese a las violaciones de los derechos humanos, Al Sisi es hoy una pieza geopolítica muy valiosa en la lucha contra el EI. En los últimos meses ha tenido dos espaldarazos importantes. Fue recibido por Donald Trump en la Casa Blanca –mientras que Obama no lo hizo– y ahora Francisco ha visitado Egipto y ha valorado lo que hace su Gobierno.
La misa se celebra en un estadio militar donde hubo 22 muertos en el 2015 en unos disturbios