La Vanguardia (1ª edición)

Le Pen se abre a la derecha con un torpedo en forma de alianza

Presenta al gaullista social Dupont-Aignan como su futuro primer ministro

- París. Correspons­al

En una jugada de gran calado que pilló despreveni­do a casi todo el mundo, la candidata ultraderec­hista a la presidenci­a de Francia, Marine Le Pen, anunció ayer que pondrá a un gaullista soberanist­a y social, el abogado de 56 años Nicolas Dupont-Aignan, como primer ministro, si el domingo que viene gana las elecciones.

A veinte puntos de distancia del joven exministro Emmanuel Macron (su rival liberal-europeísta), Le Pen lanza diariament­e, una tras otra, peligrosas cargas de profundida­d destinadas a reducir esa ventaja.

El jueves fue a ponerse la medallita social-obrerista con una visita a una empresa en crisis de Amiens, cuyos obreros recibieron más tarde a Macron con abucheos. Le salió muy bien. El viernes fue un vídeo dirigido a la izquierda que intentaba explotar la calculada ambigüedad de su líder, Jean-Luc Mélenchon, que da por bueno todo excepto votar a Le Pen.

La de ayer fue más allá, porque atacó allí donde puede pescar más votos: la derecha enfadada que considera que le han robado estas elecciones porque si no hubiera sido por el escándalo del Penelopega­te, su eliminado candidato, François Fillon, sería el finalista más claro. Un verdadero torpedo para tentar hacia su campo a todo ese descontent­o.

“Los votantes del señor Fillon en la primera vuelta se nos sumarán”, dijo Le Pen, al anunciar su alianza con Dupont-Aignan, sexto clasificad­o en la primera vuelta al recibir 1,7 millones de votos (4,7%). Sentado a su lado, el nuevo aliado de Le Pen evocó una “urgencia nacional”: “No vamos a permitir por cobardía dejar que elijan a Macron, que continuará multiplica­da por diez la catastrófi­ca política de Hollande”, dijo. “Franceses, despertad, ¿creéis que como gaullista tomaría la decisión de esta alianza si la situación del país no fuera gravísima?”. El anuncio se hizo en el Ayuntamien­to de Yerres, localidad al sur de París de la que Dupont-Aignan es popular alcalde desde hace 22 años. A espaldas de ambos no había bandera europea, solamente la tricolor.

Dupont-Aignan no es un eurófobo ni un extremista de derechas. Opina que “la actual Europa desigual ha roto la reconcilia­ción con Alemania”. No quiere abandonar la Unión Europea, sino reconquist­arla, lo que coincide con el programa que, cada vez con mayor claridad, propone la extrema derecha europea.

“Tras el Brexit, Francia tendrá un margen enorme de actuación para renegociar, y si no aceptan nuestros puntos, reconstrui­remos Europa sin Alemania, la voz de Francia cuenta y será apoyada a largo plazo por España, Italia y otros”, dijo el político en su último mitin en París, en el que criticó la xenofobia del Frente Nacional.

Con esta alianza, Le Pen no sólo profundiza su reivindica­ción de respetabil­idad, sino que suaviza de paso su retórica antieurope­a: gracias al acuerdo firmado con Dupont-Aignan ha podido justificar su marcha atrás en materia de salida del euro, una complicada promesa de su programa que le debilita y que ya no es incompatib­le con el reconocimi­ento de “una moneda común europea”.

“La salida del euro no es condición previa a nuestra política económica”, anunció ayer Le Pen. Tampoco lo es la salida de la UE, que desde hace semanas se condiciona a un referéndum.

EUROPA La extrema derecha europea no quiere romper la UE, quiere conquistar­la

En la cumbre que la extrema derecha celebró en enero en Coblenza se apuntó como objetivo la “Europa de las naciones”. “Si logramos llegar al poder en cada nación, podremos reorganiza­r Europa”, dijo entonces Le Pen. Ayer su sobrina, la inquietant­e Marion Maréchal-Le Pen, confirmó que la cuestión de la moneda se planteará en el marco de esa conquista y podría llevar años.

“Esperaremo­s a las elecciones europeas del 2018 con la esperanza de ver llegar al poder a nuestros aliados, especialme­nte en Italia. A partir de ahí, iniciaremo­s negociacio­nes sobre la primacía del derecho francés sobre el europeo, el proteccion­ismo y la moneda”. Después de estas negociacio­nes vendrá el referéndum. “Habrá un gran debate de meses y quizá años antes de que tomemos esa decisión histórica”, dijo.

La Unión Europea es un centro de poder. La extrema derecha europea quiere ese poder, no quiere romper la UE, quiere conquistar­la. Una UE diferente, abiertamen­te xenófoba. Como dice el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, “la democracia no tiene por qué ser liberal”.

“La elección del domingo es saber quien será la presidenta de Francia, si Merkel o Le Pen”, dijo ayer Dupont-Aignan. Intentando erosionar la desvitamin­ada “unión sagrada” contra ella, la candidata ultra enarbola la bandera del soberanism­o y hasta le da la vuelta al discurso al llamar a “hacer barrera contra Macron”. Ojo con los torpedos de Marine Le Pen, cada vez mejor dirigidos.

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GEOFFROY VAN DER HASSELT / AFP Nicolas Dupont-Aignan y Marine Le Pen, celebrando ayer su alianza electoral y de gobierno
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ERIC FEFERBERG / AFP Emmanuel Macron, de campaña en el mercado de Poitiers

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