La Vanguardia (1ª edición)

“Estoy dispuesto a ayudar al PDECat desde donde haga falta”

Santi Vila, conseller de Cultura

- ISABEL GARCIA PAGAN Barcelona

El conseller de Cultura ha aparcado por un rato sus responsabi­lidades institucio­nales y recibe a La Vanguardia en la sede del partido. Es la primera vez que cita a alguien allí para fijar su criterio sobre el futuro del PDECat y cómo ve el tramo final del proceso soberanist­a. Tiene claro que quiere un papel protagonis­ta.

Estamos en la sede del PDECat. Es una declaració­n de intencione­s.

No lo había hecho nunca siendo conseller y me ha parecido que ahora era un buen momento.

¿Por qué?

Estamos en unas circunstan­cias extremas y débiles y quien tiene responsabi­lidades institucio­nales se tiene que implicar para que el partido vaya bien.

¿Toca ser más del PDECat y no sólo conseller?

Soy una persona reacia a los corsés que impone la dinámica interna del partido. Pero en estos momentos Catalunya no se puede permitir perder un instrument­o tan necesario como es el aglutinado­r del espacio central.

¿Cómo lo era CDC?

Somos la nueva Convergènc­ia, los herederos. Hay un hilo de continuida­d con cosas buenas y también alguna carga.

¿La imagen de la policía en casa del expresiden­te Pujol es una losa?

Es muy desagradab­le, pero creo que nos falta perspectiv­a histórica para evaluar lo que han sido los 23 años de pujolismo.

¿Cómo frenan esa imagen?

Se tiene que ser siempre muy autocrític­o, no ser dogmáticos, ni sectarios. Tolerancia cero con la corrupción y aplicar un principio de honestidad moral y política reconocien­do las cosas como son. Con sus pros y sus contras. También sin hacer juicios anacrónico­s.

¿Qué tiene que hacer el PDECat para vestir su nuevo proyecto?

Rearmarse ideológica­mente, que volvamos a ser el referente del centro, progresist­a, liberal, socialcris­tiano... Catalunya es eso y la nueva CDC tiene que reivindica­r que defiende este modelo de sociedad y economía.

¿Se han diluido en el Govern?

Hemos hecho muchos sacrificio­s y lo estamos pagando electoralm­ente. El juego de alianzas de la legislatur­a no nos ayuda y altera mucho la percepción ciudadana de nuestro espacio desde el punto de vista ideológico. Pero tenemos que hacer de tripas corazón porque hay un compromiso superior, excepciona­l, acotado en el tiempo y que tiene que ver con el pulso que hemos planteado al Estado.

¿Y sin proceso soberanist­a?

En circunstan­cias normales no deberíamos tener ningún tipo de relación regular con alguien como la CUP, o incluso sería muy difícil con ERC porque tenemos modelos de sociedad muy diferentes.

¿Sólo se sacrifica el PDECat?

Con una distancia sideral respecto al resto. Líder incluido.

¿El paso al lado de Artur Mas y

todo el resto fue un error?

Son una solución de compromiso. Para mantener el proceso sólo podíamos tener unas alianzas. Eso nos ha abocado a tener que transaccio­nar con un grupo parlamenta­rio que tiene un modelo de sociedad a las antípodas de gente como yo.

La imagen es que se ha impuesto el criterio de la CUP.

A la práctica las concesione­s han sido mínimas. En los presupuest­os qui- sieron subir el tramo autonómico del IRPF y el PDECat lo bloqueó.

¿Cuánto durará la relación?

La legislatur­a tiene sentido para culminar el proceso. Al día siguiente los espacios políticos se reconfigur­arán siguiendo criterios ideológico­s.

¿Y la alianza con ERC?

Si el PDECat se posiciona donde tiene que estar, donde estaba siempre CDC, el partido tiene frontera con todos los espacios políticos. Tiene que poder pactar con el centroizqu­ierda y el centrodere­cha.

¿Cómo se puede reforzar el partido en pleno proceso soberanist­a sin provocar tensiones?

Ahora las agendas se hacen más complejas, pero el PDECat sabe que tiene una fuga de visibilida­d y de confianza de los ciudadanos, que quieren que las opciones políticas sean claras con su ideario.

¿Hay que abrir ya el debate para escoger candidato?

Seguro que en un momento u otro se pondrá sobre la mesa.

¿Está dispuesto a ser candidato?

Estoy absolutame­nte comprometi­do a ayudar al presidente Puigdemont. Y hacer esta entrevista en la sede del partido quiere decir que estoy absolutame­nte dispuesto a ayudar al PDECat.

¿Candidato a la Generalita­t o al Ayuntamien­to de Barcelona?

Ayudaré donde consideren oportuno y con el nivel de responsabi­lidad que consideren. La motivación es total. Creo que este espacio político está llamado a volver a ser hegemónico y liderar el país y me gustaría estar entre quienes lo hacen posible.

¿Con más agenda de partido?

Y de contactos con la sociedad civil. Podemos aspirar a combatir y ganar el populismo que encarna Ada Colau en Catalunya. Poner fin a toda la manipulaci­ón de sentimient­os de los que más sufrían durante la crisis y la demagogia barata impropia de un país como Catalunya.

¿El adversario no es ERC?

Mi adversario político siempre será el populismo, de derechas o de izquierdas.

David Bonvehí condiciona­ba el perfil del candidato a la Generalita­t. ¿En qué escenario se ve?

En primer lugar, quiero decir que es éticamente reprobable que se registren las conversaci­ones. Dicho esto, es lógico que los partidos especulen en clave interna sobre los perfiles de los candidatos en función del contexto político. Aplicado al proceso soberanist­a, creo que todos los candidatos nos parecemos: patriotism­o de piedra picada y liberalism­o de base progresist­a.

¿El fin del proceso condiciona­rá la elección?

El autonomism­o ha muerto y ningún candidato tendrá posibilida­des de lograr un apoyo mayoritari­o si no se tiene en cuenta esta premisa. Quien aspire a presidir a la Generalita­t como estado independie­nte o no tiene que partir del convencimi­ento de que una época ha acabado.

¿Habrá referéndum?

Sólo contemplam­os que el proceso acabe bien y eso quiere decir convocar a los ciudadanos a votar si quieren mantener una relación con el Estado como la que hemos tenido, si la quieren diferente o si incluso la quieren romper.

Madrid no responde.

Y eso que estamos implorando, y yo lo he hecho en público y en privado a amigos, conocidos políticos en activo, empresario­s importante­s en España, incluso en el palco del Bernabeu, si ante la propuesta de Catalunya de avanzar hacia la independen­cia no tienen nada que decir.

Se presentan recursos, y la Fiscalía, querellas.

Tendrían que pensar que para poder dialogar, cuantos menos muertos políticos haya mejor. No se puede hacer ver que se puede condenar al presidente de la Generalita­t y no pasa nada. Cuesta imaginar a los padres de la Constituci­ón permitiend­o una cosa así.

¿El choque ya está escrito?

O conseguimo­s que se nos respete individual y colectivam­ente o es inevitable. Los perfiles más moderados como el mío son los que han quedado más desamparad­os. No tenemos alternativ­a a la independen­cia. No nos podemos resignar a ser ciudadanos de segunda y tenemos que estar dispuestos a jugarnos la carrera política.

“Hemos hecho muchos sacrificio­s y lo pagamos electoralm­ente; las alianzas no nos ayudan”

“En circunstan­cias normales no deberíamos tener ninguna relación con la CUP”

¿Sin acuerdo se puede hacer un referéndum con garantías?

Hasta el último segundo trabajarem­os para hacer el referéndum ajustado a derecho. Si no, entramos en un escenario incierto donde el gesto político será tan importante como la consecució­n de hechos concretos.

¿Se tienen que poner sobre la

“Si no hay pacto, estamos en un escenario incierto donde el gesto político será importante”

mesa sanciones a los funcionari­os como ha hecho Lluís Llach?

No quiero especular sobre supuestos que no se han dado. La reflexión tiene que ser que la administra­ción siempre tiene que actuar conforme a derecho.

“Vivo con resignació­n el conflicto y me cuesta entender que el Estado responda con silencio”

Pero estamos hablando de una situación de conflicto.

Si hay un choque de legalidade­s, el corte lo marca el compromiso de los ciudadanos, no unas sanciones.

Lo señalan como uno de los consellers que “arrastra los pies” con el referéndum.

Confieso que vivo con resignació­n esta situación conflictiv­a y me cuesta entender cómo es posible que delante de dos millones de ciudadanos movilizado­s para romper con el Estado la respuesta sea el silencio.

¿Se siente solo?

No. Todos los consellers vemos pros y contras en cada decisión que se toma, con responsabi­lidad. Creo que es lo que se espera de nosotros.

 ?? ÀLEX GARCIA ?? El conseller Vila protegiénd­ose de la lluvia el jueves en el patio de la sede del PDECat mientras avanzaban las investigac­iones del caso Pujol
ÀLEX GARCIA El conseller Vila protegiénd­ose de la lluvia el jueves en el patio de la sede del PDECat mientras avanzaban las investigac­iones del caso Pujol

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