La batalla para emitir menos CO
La comparación entre los vehículos de gas y diésel ofrece resultados dispares en cuanto a las emisiones de CO (principal responsable del calentamiento global). Varía según las fuentes. “Es un asunto controvertido, y los números no son concluyentes”, dice José María Baldasano, de la UPC. “El gas natural reduce entre un 10% y un 15% las emisiones de CO2 respecto al diésel, al contener menos carbono. Pero eso se contrarresta con dos hechos. Por una parte, el rendimiento de un motor diésel es mayor que el de un motor de gas y por lo tanto su consumo de combustible es menor”, dice Magín Lapuerta, catedrático de Máquinas Térmicas de la Universidad de Castilla-La Mancha. “Por otra parte, el gas natural no es un combustible renovable y, si no se controlan sus emisiones de metano, puede resultar perjudicial” debido a su alto potencial de calentamiento del planeta, añade. Manifiesta lo contrario Manuel Lage, secretario general de Gasnam (Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad), que reúne 110 entidades interesadas en promover este combustible alternativo. Lage admite que el ciclo de motor diésel es más eficiente que el de gas, pero destaca que esto empieza a cambiar porque los motores diésel se optimizan para, sobre todo, producir menos óxidos de nitrógeno (NOx). Y su prioridad ya no es tanto la eficiencia de consumo. “Los motores modernos de gas natural emiten entre un 6% y un 12% menos CO2 que su equivalente en diésel”, sentencia. Y una tercera opinión: tanto el Instituto Català d’Energia (Icaen) como la plataforma Live (que promueve los vehículos limpios) sostienen que la emisión de CO2 de los coches de gas es un 5% inferior a la de los vehículos diésel Euro 6 y un 16% inferior a la de los de gasolina. “El gas natural es una buena opción, pero no la mejor. En el Institut Català d’Energia pensamos que, para la movilidad privada, la mejor opción es el coche eléctrico”, tercia Miquel Àngel Escobar, técnico del Icaen. “Las emisiones directas del coche eléctrico en el ámbito local son cero”, destaca. Las emisiones atribuibles al coche eléctrico son fruto de la producción eléctrica, y su origen está fuera de la ciudad. /
A. Cerrillo