Thiem muestra sus credenciales
El austriaco supera por primera vez a Murray y llega a la final con ganas de emular a su compatriota Muster
No habían jugado nunca Murray y Thiem siendo los dos top-ten. Ayer era distinto, una situación especial con el de Dunblane afinando su puesta a punto con la vista puesta en Roland Garros y el de Wiener Neustadt progresando semana a semana para consolidarse entre los mejores. Thiem, además, llegó al partido mucho más fresco, sin ceder ni un set, mientras que Murray había luchado tres horas ante Ramos para ser semifinalista. Tal vez estaba más cansado, pero también le interesaba estar mucho tiempo en la pista para aclimatarse a las condiciones de la tierra batida. Si el viernes sobrevivió en el alambre en un duelo que él mismo reconoció que debería haber perdido, ayer no halló la solución ante el tenista que desea suceder a Thomas Muster en el palmarés de Barcelona. Thiem, por momentos, fue un ciclón, con una derecha maravillosa y un revés muy potente que obligaron a su rival a defenderse mucho, lo que no le gusta. Pero también dudó, pecó de inexperiencia cuando tenía el control en su mano y tuvo que decidir en un tercer set pleno de alternativas y con la presencia inesperada de viento, que provocó un error decisivo del escocés.
“Todavía no se ha visto lo mejor de él”, había avisado Günter Bresnik, el entrenador que guía la carrera de Dominic Thiem, pero ya nadie duda de que cada vez se hablará más de él. Por sus cualidades, por su mentalidad ganadora y por su poderío físico. Todo ello le ha llevado al noveno puesto del mundo. Pero no quiere quedarse ahí. Su primer set en la semifinal de ayer fue impecable, abriendo muchos ángulos en la pista y colocando bolas muy profundas que Murray, ausente, apenas devolvía. El escocés, eso sí, fue de nuevo un gentleman al dar como buena una bola de su rival que suponía el 6-2 en tan sólo 34m. Diez minutos necesitó el británico para lograr su primer punto en el segundo, que mantuvo el mismo guion hasta el empate a 3. Sí, había igualdad entonces, pero el dominio del juego lo tenía el austriaco y, en cierta medida, resultaba sorprendente que Murray, sin estar a un gran nivel, pudiera plantar cara. Pero es el número uno y las jerarquías se notan. Tanto, que Thiem se precipitó en una bola de break con 30-40 y cedió tres juegos seguidos y el set apenas en 48m.
Aún sin comprender qué había sucedido, Thiem perdió también el servicio en el primer juego de la última manga y su situación era delicada con el 0-1. Sin embargo, recuperó otra vez la iniciativa con la profundidad de sus golpes y se situó con 4-2 gracias a una doble falta de su adversario, que esperó unos interminables segundos mientras un remolino de viento dejaba de levantar la tierra. Pero en una batalla como la de ayer no todo estaba escrito, y Thiem, como le había sucedido a Ramos en cuartos de final, se puso nervioso con el 4-3 y entregó un juego pésimo. Fue el último, porque con Murray buscando el 5-5, otra vez el viento le descentró con 30-30 para regalar el punto y a continuación el partido.