Culturizando
Tuve ocasión de hablar con un empresario chino, exalumno, que estuvo en Barcelona el día de Sant Jordi, día del libro y de la rosa. Estaba alojado en un hotel próximo al paseo de Gràcia y con el tiempo excelente que hizo se recorrió un buen trozo de Barcelona.
El ambiente de paradas con libros llenas de gente comprándolos y todo el mundo adquiriendo también rosas pero aprovechando para entrar en tiendas y a veces salir con caprichos estimulados por aquel clima de paz, cultura y arte, tradición e historia, realmente impactó al empresario chino. Me comentó que en su país no tenían una cosa así, aunque en su fiesta nacional se aproximan pero, claramente, me dijo, no llegamos. ¿Cómo podríamos organizar algo así en China?, comentó.
Hace unos años colaboré en la organización de un programa sobre Barcelona para la televisión china y uno de los días en que se filmó en el paseo de Gràcia fue precisamente el día de Sant Jordi. Dos alumnos míos entregaban la rosa a dos actrices chinas y un mozo de escuadra la entregó a una tercera actriz. Las tres actrices representaban a unas turistas chinas visitando Barcelona en esa fecha y el detalle de ser obsequiadas con una rosa y muy especialmente por un policía creó un impacto muy positivo en la enorme audiencia que tuvo el programa en la televisión china. Hay países en los que los turistas chinos no son recibidos con el cariño que se merecen. Afortunadamente, nosotros estamos muy bien posicionados en este aspecto.
Quizás una de las razones de este éxito es el hecho de tener una cierta genética emprendedora y pacífica en el país y el que en esta fecha hay poca intervención política. Es una fiesta que podríamos llamar emprendedora en la que cada ciudadano se monta su proyecto. Muchos niños tenían su parada de rosas y un cartel explicando lo que querían hacer con los beneficios que obtuviesen vendiendo rosas. Generalmente
El liderazgo político busca movilizar a las personas en beneficio de ellos, de los políticos, principalmente
se trataba de ingeniosos proyectos sociales y muchos padres acababan comprando montones de rosas con la ilusión de ayudar a sus hijos en su creativo proyecto social.
Es extraordinario que todo este resultado emerja de forma natural de toda una población de millones de habitantes. Y todo esto no tiene ningún liderazgo político. El liderazgo político busca movilizar a las personas en beneficio de ellos, de los políticos, principalmente. Y no les importa que esa movilización incluya aspectos de protesta, incomodidad y hasta, en algunos casos, elementos de cierta violencia. Mi amigo chino me hacía estos comentarios y me decía que él cree que, en conjunto, la población china está orgullosa de su avance económico y social en los últimos años pero también de su historia y de su cultura y tienen también un dragón aunque les falta un Sant Jordi y el tremendo impacto cultural del libro. No me extrañaría ver aparecer paradas de libros en China el día de la fiesta nacional.
Conseguir una imagen especial en una ciudad no es nada fácil. Londres, París, New York, Boston, tienen imagen. Barcelona la va consiguiendo y para quienes estuvieron el día de Sant Jordi claramente la imagen que se llevaron fue bien diferenciada y de altísimo nivel en los temas habituales pero también en aspectos de afecto, paz y cultura. ¿Podríamos creernos estas cosas, integrarlas en nuestros valores y tratar de aplicarlas en nuestras relaciones internacionales? ¿Podríamos tratar de diferenciar en esta línea los muchos eventos que organizamos en Barcelona? Movamos la imaginación.