La Vanguardia (1ª edición)

“¡Buuuu, eres un negrito!”

Muntari, del Pescara, abandona el campo del Cagliari por los insultos y la pasividad del árbitro

- EUSEBIO VAL Roma. Correspons­al

Gestos como el de Sulley Muntari son importante­s en Italia. El jugador del Pescara ha obligado al país a mirarse de nuevo en el espejo y la imagen que refleja es fea: no sólo hay racismo, sino –todavía peor– demasiada permisivid­ad con los racistas.

El centrocamp­ista ghanés, exjugador del Inter y del Milan, se hartó de los gritos alusivos al color de su piel, auténticas agresiones verbales de tinte xenófobo, y abandonó el campo cuando faltaba un minuto para que concluyera el tiempo reglamenta­rio. Sucedió el pasado domingo en el campo del

El jugador ghanés pidió ayuda al árbitro, que optó por amonestarl­e, y entonces decidió dejar el partido

Cagliari, en Cerdeña. Antes Muntari ya había reprendido al árbitro por no tener arrestos para interrumpi­r el partido, como exige el reglamento. Al colegiado no le gustó esa actitud y le sacó la tarjeta amarilla.

“¡Buuuu, eres un negrito!”, le gritaron desde la grada, antes del descanso. Muntari vio que se trataba de un niño que seguía el ejemplo de sus padres. Antes de irse al vestuario, el futbolista quiso dar una lección al niño y a su familia. Se acercó a donde estaba el chaval, le regaló la camiseta y le espetó: “Dile a tu padre que te enseñé a no ser racista”. El pequeño se sonrojó y derramó alguna lágrima de vergüenza, según publicó la prensa sarda. “Me gustó la idea de ayudarle a crecer mejor”, declaró luego el jugador.

Durante el segundo tiempo, la falta de respeto hacia Muntari y la cruel chirigota racista prosiguió. Eso colmó la paciencia del jugador, que decidió por su cuenta anticipar su marcha al vestuario.

No es la primera vez –ni será la última, por desgracia– que un jugador extranjero sufre esta experienci­a en un campo italiano. Le ha pasado a menudo a Balotelli, le ocurrió a Eto’o y a tantos otros. En la sociedad hay un racismo latente que explota en el fútbol por esa sensación equivocada de que, desde la grada, con la pasión del partido, insultar es menos grave. Muntari, además, tiene el orgullo de ser alguien que, en Italia, ha ganado dos títulos de Liga, uno de Copa y una Champions. No es un recién llegado. Su protesta reviste todavía más trascenden­cia y se produce en un momento político delicado en el que varios partidos, entre ellos la Liga Norte y el Movimiento 5 Estrellas, agitan los sentimient­os por la llegada masiva de inmigrante­s desde el norte de África. El incidente de Cagliari –donde, por cierto, los de Pescara acabaron perdiendo por 1-0– ha sido portada de diarios deportivos y también de rotativos de informació­n general. Bajo el título de “La autoexpuls­ión contra el racismo”, La Repubblica publicó ayer en primera página un duro comentario autocrític­o en el que afirmaba que “nuestros estadios nos han habituado a la soledad del toro y a las simpatías por los picadores”. En páginas interiores, se criticó al árbitro por no haber aplicado el artículo 62 del reglamento, que insta a suspender el partido ante gritos racistas. “El racismo que hay fuera y que respiramos como partículas en suspensión entra en el fútbol, lo mancha y lo empeora”, escribió el cronista.

También el Corriere della Sera cargó contra el colegiado, recordó la vigencia del artículo 62 y lamentó que “faltan los hombres justos para aplicarlo”.

 ??  ?? “Es por mi piel”. Muntari muestra el color de su piel para explicar al cuarto árbitro que los gritos que oía tenían una motivación racista. A la derecha, el árbitro lo amonesta por sus protestas
“Es por mi piel”. Muntari muestra el color de su piel para explicar al cuarto árbitro que los gritos que oía tenían una motivación racista. A la derecha, el árbitro lo amonesta por sus protestas
 ?? ENRICO LOCCI / GETTY ??
ENRICO LOCCI / GETTY

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain